El ayuntamiento, las macetas de los balcones y las horas de su riego

Los políticos de la capital no quieren que los ciudadanos nos mojemos al pasear por nuestras aceras y han marcado una hora al día para que las vecinas de la ciudad se asomen ¡guapas ellas! a sus balcones y rieguen las macetas de geranios. Y ya puesto el señor alcalde, don Ramón, ¿no puede meter en esa normativa que las palomas o pajarillos hagan sus necesidades a determinada hora del día o de la noche y que los almerienses no acaben con una cagada en el hombro? Que estoy de acuerdo, que hay que poner normas para la convivencia ciudadana, que no se puede sacar la basura a cualquier hora del día, que hay que recoger la caca de los perros cuando los sacamos a pasear. Que no se puede jugar al fútbol en las calles o andar en “pelota picá” por zonas que no estén delimitadas para ello. Y sobre todo civismo ante los ruidos que tanto molestan a los durmientes vecinos. Entre todas las medidas que se ponen en marcha y con las que estamos de acuerdo destaca el riego de las macetas. Me parece bien que se marque una hora para el riego de las dichosas.
¿Las riega usted bien, señora o caballero? La Junta ha obligado a que los agricultores hagan cursos para sulfatar y otras lides a realizar en el campo, y no vean lo bien que sulfatan ahora los almerienses. Lo mismo sería necesario que el señor alcalde, tan preocupado por los riegos de las macetas, llevara una moción al pleno para organizar unos cursos en los que nos enseñen a regar las diferentes macetas que jalonan los balcones de la ciudad. Hace algunos años un famoso cura en la tele de cuyo nombre no me acuerdo iba indicando los riegos a dar a nuestras plantas. El hombre explicaba incluso a qué horas era mejor, según que planta, efectuar el riego, si era de noche o a primeras horas de la mañana. Es de suponer que el ayuntamiento tendrá algún técnico que podría asesorar a los ciudadanos sobre estas y otras cuestiones en relación a las plantas. Almería estaría más bonita con unos balcones donde se lucieran unas plantas bien cuidadas y mejor regadas. Y encima sin gotas molestas sobre las cabezas de los ciudadanos.
Saber regar las maceteas es todo un arte, y si no que se lo pregunten a las mujeres de Lucainena de las Torres, que luce con esplendor como uno de los pueblos más bonitos de España. Y eso se lo debe a sus bien regadas macetas.