El 8 de marzo debe ser los 365 días del año. Porque la reivindicación de una igualdad real y de hecho, no sólo de derecho, debe ser permanente mientras las mujeres, simplemente por el mero hecho de serlo, sigamos sufriendo discriminación salarial, tengamos dificultades para acceder a ámbitos de poder y prestigio e incluso para encontrar un empleo, suframos problemas para conciliar las vida laboral y familiar o de ocio, o, lo que es mucho más grave, padezcamos la violencia machista o la explotación sexual.
El 8 de marzo todos y todas alzamos la voz contra la desigualdad de género, pero su eco debe durar todo el año, no puede ser flor de un solo día. Desde el ámbito local también podemos hacer mucho por la igualdad y en el Ayuntamiento de Almería estamos comprometidos con ello a través de actividades formativas, campañas de sensibilización contra la violencia de género, programas de educación en valores de igualdad, respeto y tolerancia a nuestros jóvenes en los colegios e institutos de la ciudad, la mediación con empresas sobre conciliación y corresponsabilidad o la intermediación laboral para que mujeres que sufren malos tratos o se encuentran en riesgo de exclusión social puedan encontrar un trabajo e iniciar una nueva vida más digna y plena.
Pero la igualdad también se puede fomentar desde el ocio y en los Centros Municipales de la Mujer tenemos un amplio abanico de cursos para que las cerca de 10.000 usuarias encuentren aquel en el que sentirte a gusto consigo mismas. Y, por supuesto, luchamos por la igualdad reconociendo y dando protagonismo a las mujeres que, con su trayectoria personal y profesional, son un ejemplo a seguir.
Por eso, me duele especialmente cuando hay mujeres (afortunadamente, las menos) que, por un titular de prensa o un minuto de gloria, faltan al respeto a otras mujeres. A aquellas, que ni suman ni aportan, mi más absoluta indiferencia.
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