Polémica religiosa

A muy pocos días de que comience la primavera se desata un temporal que ahora llaman de gota fría sembradora del pánico y el desorden en vidas y haciendas. Quién sabe si no se habrán dado por enteradas también las antenas de televisión porque no se habla de otra cosa entre la gente de misa. La trifulca comenzó con esta frase de Pablo Iglesias: “ Defendemos la libertad religiosa, pero en un país aconfesional y laico, según la sentencia del Constitucional, quizá la televisión pública no sea el espacio más sensato para que se lleven a cabo ritos religiosos de cualquier tipo.” Viniendo de quien vienen estas palabras no es extraño que sembraran la discusión en los programas del “Día el Señor” que vienen teniendo lugar en la tele pública desde hace treinta años. Lo que, al parecer, ha abierto el debate es la misa católica emitida los domingos. De hecho ha crecido un 21,3% la audiencia desde que Unidos Podemos planteó la conveniencia de suprimir este acto religioso. En la polémica intervinieron, amén de algunos líderes políticos, figuras del entretenimiento y de la prensa del corazón como Tamara Falcó y otros. Si se fijan aquí no ha ocurrido nada nuevo; la derecha moderada (PP y PSOE) defiende la continuidad de la misa dominical esgrimiendo el argumento de que hay cosas más importantes por las que pelear políticamente. En cambio en la oposición, como no podía ser de otra manera, muestran su rechazo IU en nombre de una televisión cien por cien pública y laica. Finalmente Ciudadanos introduce un aspecto sutil por boca de Albert Rivera (” Se puede hablar de si tiene que haber más actos de otras confesiones, de si tienen que ser actos solo de la Iglesia católica, pero en todo caso hay que recordar que España es un Estado aconfesional con separación Iglesia- Estado”) Rafael Díaz Arias, profesor de Información Audiovisual de la Universidad complutense de Madrid quita importancia a los distintas opiniones de los grupos parlamentarios y dice que solo se detienen en “minucias”. Para el profesor el problema no es la misa sino la regeneración a fondo que necesita RTVE.