Vaya por delante mi respeto por la existencia de los circos y por el trabajo que en ellos desarrollan sus artistas para deleite de jóvenes y de menos jóvenes, aunque estas actividades sean cada vez menos frecuentes en las ferias españolas.
Con los parlamentos, yo no me atrevería a ser tan respetuoso viendo los espectáculos que, últimamente, se están dando en sus sesiones. En el Congreso de los Diputados, esta semana, en la sesión de control al Gobierno, se han producido unos hechos que, sumados y realizados por los mismos grupos , les hacen especialmente graves.
Por un lado, Podemos, secundado por otros grupos políticos, ha invitado a un grupo de vecinos de Alsasua (Navarra) implicados en la cobarde agresión sufrida por dos guardias civiles en aquella localidad, perpetrada por un numeroso grupo, actualmente en fase de procesamiento, por supuesto acto de terrorismo y con algunos de sus miembros ya en prisión por este hecho. La gravedad se acentúa cuando miembros de ese grupo político equipara como victimas tanto a los agresores como a los agredidos.
En otro momento de la sesión, y después de formular una pregunta razonable al ejecutivo del señor Rajoy, el señor Iglesias, líder de Podemos, se explayó con un lenguaje absolutamente soez, tabernero y barriobajero, impropio de un lugar que debiera ser modelo de respeto. Expresiones como “me la trae floja, me la suda, me la pela, me la refanfinfla o me la bufa” o su complemento de que los informes de la Cámara, al señor Rajoy le importan un pimiento, un huevo, un rábano o hasta un pepino, definen la catadura moral del personaje en cuestión. La cosa no sería demasiado importante si el señor Iglesias se representase sólo así mismo. Lo peor es que representa a casi cinco millones de votos, obtenidos en las urnas, muchos de los cuales, seguramente, repudiaran estos comportamientos. Claro que esta falta de respeto al Parlamento no es nada novedoso. Recuérdese como una representante notable de ese grupo, la señora Bescansa, llevó a su bebé a una sesión plenaria como si de una guardería se tratase.
Mientras tanto en otro parlamento, esta vez el catalán, el Gobierno formado por la mayoría independentista de Cataluña, ha sometido a votación, y los ha aprobado, los presupuestos para este año, con informes negativos de los letrados de la Cámara, que ven ilegal y contraria a las resoluciones del Constitucional, la inclusión de una partida para un posible referéndum en aquella comunidad sobre la independencia del resto de España. Para nada han servido las benevolentes condenas de inhabilitación por cortísimo tiempo, a los líderes empezando por el señor Mas y terminando con el señor Homs, declarados responsables de la consulta ilegal celebrada en noviembre de 2014. Todo ello arropado por el comentario de la señora Gabriel, portavoz de la CUP de que “asumimos perfectamente que nuestro proceso ¿democrático ? contraviene al T. Constitucional” ...pero siguen adelante. Cinismo y chulería se llama esa figura.
Sin llegar a esos niveles de provocación, visto desde fuera, no parece razonable que el Gobierno no sacara adelante el real Decreto sobre la estiba impuesto por Europa, por los votos negativos de PSOE y C’s, que va a ocasionar serios perjuicios a España.
Es una realidad la desafección de muchos españoles hacia la política y los políticos, pero estos circos en los parlamentos no van a ayudar a reconducir esta situación.
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