La guerra creada por la Junta acabará con las escopetas en Murcia

“Si no los echamos del gobierno de la Junta nos echan ellos de nuestros campos y montes”. (No confíen demasiado en los que algún día llegaran al poder, no cambiaran nada de lo que han montado los actuales rectores). Quien así habla es un cazador de un pequeño pueblo almeriense, que viene soportando desde hace años como en sus tierras no manda él, manda el guarda forestal que le vigila y lo denuncia ante sus jefes, los inquisidores de Medioambiente de la Junta. Lo de la caza se viene sufriendo desde hace años por los aficionados al tiro a la perdiz, lo mismo que los pescadores deportivos con su afición. Para la Junta y sus políticos todo ha sido buscarles inconvenientes, ponerles trabas. Luego dicen que buscan el beneficio de la gente. ¡Me río yo del beneficio que buscan! No sé a qué gente dicen beneficiar, la mayoría de los cazadores que conozco no son personas de posibles, son gente que les gusta madrugar, salir al campo y disfrutar con los amigos de un rato de caza. Algunas veces consiguen alguna alegría, la mayoría se vuelven con un buen rato de convivencia y alguna historia que contar a los vecinos.
Son muchas las escopetas, te cuentan, que se irán a Murcia a seguir practicando su deporte favorito. Si los políticos andaluces no nos dan la posibilidad de cazar en Almería, que luego no se quejen de que nuestro dinero se gaste fuera de nuestra comunidad. ¿Creen que a ellos les preocupa? ¡Por dios! A unos señores que viven con buenos sueldos públicos qué puñetas les puede importar que unos cazadores almerienses se vayan a pegar tiros a Murcia. ¡Que se vayan, dirán! Nosotros a proteger la tierra, que para eso somos los más proteccionistas del planeta. ¿Creen que a ellos les va a importar mucho los puestos de trabajo que se puedan perder en el campo? No les importa lo más mínimo. Los apuntamos al Per (ahora creo que se llama Pfea), les damos los cuatrocientos y pico al mes y ya tenemos otro voto cautivo más. Así le va a Andalucía.
Algunos alcaldes socialistas de la provincia, que están recibiendo las quejas de los vecinos cazadores, no saben los hombres qué decirles. Lamentan que los jefes que tienen en el partido no sean capaces de hacer entrar en razón a la Junta, pero tampoco lo quieren decir muy alto, no quieren futuras represalias en sus pueblos, y saben que estas llegarían.