Gobiernos, culpas y viajes

La Mesa del Ferrocarril, embajadora del malestar ferroviario almeriense en Bruselas, ha descubierto que la culpa del letargo del AVE a Almería la tiene el Gobierno de España. Eso es lo que parece deducirse de las crónicas que se envían desde la capital europea, que narran las reuniones y entrevistas que la delegación almeriense está teniendo allí con expertos europeos en transporte. De momento, algo hemos sacado en claro: la culpa de los incumplimientos en las infraestructuras es de los diferentes gobiernos. Llámenme loco, pero para eso quizás –y sólo digo que quizás- no hubiera sido necesario enviar allí a trece o catorce embajadores con sus correspondientes billetes y alojamientos diplomáticos. En este sentido, aprovecho para hacerme en voz alta una pregunta que, por lo visto y leído, casi nadie se hace. ¿Y esto quién lo paga? En julio de 1954, Josep Vergés, director de la revista Destino, encargó al escritor Josep Pla hacer algunos reportajes sobre Nueva York. El escritor catalán, que solía ir siempre tocado con su boina de payés, embarcó en Cádiz como pasajero de la motonave Guadalupe y cruzó el Atlántico hacia su destino. A Pla, que era largo y zumbón, se le atribuye en ese viaje una frase inolvidable sobre el sentido de la vida. Absorto ante el espectáculo deslumbrante del Manhattan nocturno, con su altísima rapsodia de luces y neones, preguntó: “¿Y esto quién lo paga?” Sorprende que en estos tiempos de canto general a la transparencia, a nadie se le haya ocurrido indagar sobre el bolsillo del que salen tantos viajes y tantos viajeros, pero quizás –y sólo digo que quizás- la expedición debiera mirarse con otra luz si se acabara sabiendo que el bolsillo tiene siglas de un partido político que –casualmente- también acumula graves incumplimientos infraestructurales en Almería. Y si la culpa de lo del AVE es del Gobierno, que la es, a ver de quién va a ser la culpa de otras obras retrasadas y olvidadas en Almería, que no menciono por no aburrir. Seguro que también de algún gobierno.