Qué veranos tan helados. Qué inviernos con tan altas temperaturas, Qué lluvias. Qué nevadas. Qué trastorno en la naturaleza cuando los pájaros del parque anuncian ya la primavera y el humo de las chimeneas se hace el loco como diciendo que todavía no es hora de irse. Esto no puede ser más que una consecuencia del cambo climático. Mucha basura a la atmósfera. Yo no puedo hablar aquí, Dios me libre, como un científico. Sin embargo sí me es fácil aportar lo que dicen otros. Gente que pasa gran parte del año en la Antártida. El cambio climático ya no lo pone en duda casi nadie que esté medio enterado. Es cierto que hubo un conato de negarlo. Al principio hubo empresas muy implicadas en este asunto, especialmente el petrolero, intentando convencer a la gente de que era un engaño de los “intelectuales” Hoy quien no cree en el cambio climático es Donald Trump. Por eso no ha tardado en reducir las emisiones contaminantes poniendo freno al programa ideado por Barak Obama. Grandes empresas como Exxon Mobil se han pedido sin embargo al Presidente que no abandone el acuerdo de París contra el cambio climático. Entre republicanos no podía faltar, claro, la queja contra Obama. Trump habla de “una nueva revolución energética” haciendo que América sea rica de nuevo con el carbón y siendo algo más flexibles con el impacto ecológico de los nuevos proyectos. Veremos si les da resultado la falacia que corre por ahí de que el cambio climático” lo inventaron los chinos” Desde luego, técnicos bien informados están convencidos de que ya es imposible conseguid la independencia energética reduciendo las emisiones un treinta por ciento tal como había prometido la administración de Trump. Todo depende de si se parte de una verdad. Y es ésta: El hombre principal factor de contaminación ¿puede convivir en este mundo sin dañar las fuentes de la riqueza económica? La experiencia científica parece advertir que sin armas limpias el calentamiento de la Tierra avanza inexorablemente poniendo en peligro el porvenir de la vida humana. Debemos cuidar a los niños en las escuelas y a las jóvenes en la universidad metiéndoles en la cabeza esta doctrina. Hasta hace bien poco, creíamos que los recursos de este mundo eran prácticamente infinitos. Hoy esto ya no lo admite la mayoría de los seres humanos.
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