Recordando a Miralles, gran artista almeriense

`Cuando uno se asoma a la biografía del artista, recopilada por su nieta Marisol, descubre una vida intensa que va más allá de la pintura`

Pedro Mena Enciso
01:00 • 11 abr. 2017

El pasado 6 de Abril se cumplió el segundo aniversario del fallecimiento de uno de nuestros más insignes pintores. La verdad es que su obra resulta original e incluso precursora ya que supo tratar como nadie una materia orgánica, la chumbera, para convertirla en la base de sus producciones pictóricas. Por otra parte, la naturaleza almeriense llenó de paisajes tanto su alma como su obra. El mismo hablaba de “Expresionismo Abstracto” cuando se le preguntaba por su último estilo artístico porque Juan Miralles recorrió los diversos estadios del arte desde sus orígenes como pintor de Iglesias con  pinturas murales y  cuadros escénicos hasta llegar a la innovación con los ya citados nuevos materiales. Cuando uno se asoma a la biografía del artista, recopilada por su nieta Marisol, descubre una vida intensa que va más allá de la pintura: Fue un destacado empresario almeriense y brilló con luz propia en el mundo del deporte (campeón Regional y campeón y, subcampeón de España de pesca submarina (1959-60) logrando más de sesenta Medallas y Trofeos, así como el Diploma a la “marca más alta” obtenida en competiciones de rango nacional “1964 Trofeo Tritón”. Nombrado mejor deportista 1971 y escafandrista de 1ª, lo que le permitió recuperar del fondo del mar a tres víctimas en la inundación de 1969). Por otra parte, durante más de una década se dedicó al fútbol jugando en primera regional y estuvo también mucho tiempo en el Automóvil Club de Almería. Llegó a ser concejal del Ayuntamiento donde fue uno de los responsables del  primer Plan General de Ordenación Urbana de Almería y luchó contra la especulación oponiéndose a los derribos del Teatro Cervantes, Mercado de Abastos, edificabilidad de la Rambla… 
Las obras de nuestro paisano las podemos seguir contemplando en Iglesias de Almería y provincia y en las exposiciones de estos últimos años. Sin embargo, durante mucho tiempo exponía más fuera que dentro: Hasta casi su muerte fue más conocido en Barcelona, Roma y Nueva York que en su propia tierra. Los que nos acercamos a la vida y la obra de este artista lleno de cerebro y corazón comprendemos que su mundo va más allá de esa vida urbana de móvil y computadora, monótona y sólo preocupada por producir cada día más y más, cueste lo que cueste y dejando  en el camino no importa a quién. En este mundo sin tiempo, Miralles profundizó, fue más allá de la apariencia y se refugió en su cortijo de Enix para bucear en lo más profundo de su estudio y encontrar el límite de un alma de poeta.


 







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