El turismo sanitario y la agricultura atraen a los chinos a Almería

Lo menos que podemos pedirles a los almerienses que con ellos traten y hagan negocios, si es que se deciden a ello los visitantes, es que los chinos no se vayan algún día de Almería como se fueron los japoneses de Almerímar: Engañados y timados. No se trata ahora de buscar culpables de aquel suceso ya casi olvidado, y que tuvo su influencia en el trazado de la autovía que une la capital con El Ejido. Si los chinos deciden invertir en Almería, no demos la misma imagen de entonces. Si a los japoneses se les hubiera tratado con la ley y ética que se merece cualquier empresa, la inversión japonesa seguiría llegando a nuestra provincia, como no fue así, con el rabo entre las piernas se nos fueron. ¡Como para volver por aquí! Los chinos no deben conocer la historia de los japoneses en Almerímar, y por aquí los tenemos intentando hacer turismo sanitario. No tengo muy claro lo del interés sanitario, pero algo se esconderá tras ese apartado. No sabía que Almería fuera un sanatorio vivo y natural para ciertas enfermedades que aquejan a los chinos, pero si es así, como decía mi madre: ¡miel sobre hojuelas! Si a ellos les viene bien, aquí tienen a Almería para cuidarles y curarles sus enfermedades. Lo mismo son capaces de descubrirnos estos chinos que Almería es el mejor sanatorio al aire libre del mundo y nosotros sin saberlo. Con razón el ayuntamiento quiere que los “malagueños” le busquen el futuro a Almería, ya que los almerienses no son capaces de hacerlo. Ya verán como los chinos nos van sacar las castañas y descubren nuestros mejores secretos, siempre que no se vayan como los japoneses de Almerímar.
En lo que a la agricultura intensiva se refiere se entiende el interés de los asiáticos, pero no creo que ese sea tan turístico como pregonan, no les veo viviendo en hoteles entre invernaderos y recogiendo el tomate raf cada mañana para la tostada con el aceite de Tabernas y el jamón de Serón. ¡Menudo desayuno! Más bien hay que pensar en que es un interés económico y de conocimiento, como otros grupos chinos hicieron en otras zonas de la península ibérica buscando variedades agrícolas con futuro.
¡Bienvenidos! Es lo menos que se merecen. Y esperar que la Junta, esa madrastra que tiene por Sevilla Almería, no se nos ponga intratable a la hora de negociar con los chinos.