En el Tintero de La Chanca ocurren cosas maravillosas. A veces se canta flamenco “arrebatao” o Sensi Falán te cita para presentarte un monólogo, que a modo de cuento, va dando vida a diferentes mujeres de su histórico barrio. Sensi mujer, a través de su mirada de niña y con su voz madura, va narrándote la vida de estas mujeres fuertes. Y empieza invocándolas así: “Las mujeres de La Chanca. Mis mujeres, han sido mujeres de ojos grandes y despiertos, de sonrisas amplias y alegres…y de corajes, de corajes interminables”. Es un relato de ilusiones y valores, pero sobre todo un relato de mujeres con dignidad, resistencia y solidaridad.
Las mujeres de La Chanca son mujeres que luchan por su propio destino, que aman y lloran, que cocinan y cantan, porque como dice la cantautora almeriense Sensi Falán: ¡Quién canta sus males espanta! Es un relato intimista que receta a receta, canción a canción va dejando una herencia con la que incluso eran capaces de dominar al amor. Su voz de musa va pasando por los quehaceres cotidianos de las mujeres del barrio, lo mismo estibaban arenques, mientras esperaban a que los hombres regresaran de la mar, o hacían de vendedoras, comadronas, adivinadoras de futuro, cocineras, cantaoras, soñadoras, canasteras, hueveras, enfermeras, maestras, etc. Mujeres que cantan a la vida con entereza aunque estuviera llena de penurias. Con dignidad se enfrentaban a la vida, rebosantes de alegría contagiosa. Y entre mujer y mujer un cante, una canción en forma de fandango o de habanera, de colombiana o de nana. Canción y relato, poesía y cuento fantástico para describir el día a día de estas mujeres reales que merecen todo el reconocimiento del barrio y de la ciudad. No lo tuvieron fácil en las largas esperas en el puerto pesquero mientras esperaban a los hombres que habían salido a pescar: brótolas, doradas, brecas, sardinas, jureles, pintarrojas, etc. Ellas, alegres, estibaban arenques como Penélope tejiendo a la espera de Ulises. Mujeres soñadoras, enamoradas, resignadas, sacrificadas y sobre todo solidarias tomaron el pulso a la vida dejándola como herencia vital. El relato canción te va llevando de emoción en emoción, de la risa al llanto, de mujer a mujer y de olor de mar al olor de azahar, a miel y limón. La sociedad de clases en la que se desenvolvían y encaraban juntas en el barrio en resistencia envolviéndola de sueños, esperanza y ternura. Ellas son también vida en forma de peces, hierbas, amores, llantos, mar, flores,…madres, amigas, hermanas, hijas, vecinas, amantes, etc.
A nuestra capitana de sueños, Sensi, aunque navega sola en el escenario rodeada de hierbas, cestos y barcos, la acompañan el director y coautor del guión Adán Torres y María Núñez. Miran al mar recordando a estas mujeres extraordinarias, que quizás podrían haber vivido en cualquier otra parte del mundo, pero que juntas y con el amor a la vida por bandera vuelven a pasar por las rendijas de nuestros corazones, pero siempre con la alegría como receta mágica para afrontarla.
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