Unicaja acude al mercado

Emilio Ruiz
01:00 • 07 may. 2017

La Junta General de Accionistas de Unicaja Banco –controlado por Fundación Bancaria Unicaja, propietaria del 86,7 por ciento del accionariado- ha aprobado la salida a bolsa de la entidad. A partir de ahora será el consejo de administración del banco el que determine el calendario y las condiciones de la operación, una operación que viene forzada por la Comisión Europea. Cuando Unicaja absorbió la caja castellano-leonesa España Duero en 2014, una de las exigencias era que tenía que salir a bolsa antes de finalizar 2016 para dar liquidez a sus títulos y poder liberar así a los alrededor de 15.000 pequeños accionistas atrapados tras el canje de bonos. Debido a las adversas condiciones del mercado, los rectores de Unicaja solicitaron y consiguieron un aplazamiento del debut bursátil. Hasta ahora.
La operación va a consistir en una ampliación de capital mediante la emisión de 625 millones de acciones con el mismo valor nominal que tienen las actuales, que es el de un euro. Ahora mismo el capital social de Unicaja es de 922,8 millones de euros. El propósito de la Fundación es que la ampliación se realice con una considerable prima de emisión, es decir, que los inversores no paguen sólo un euro por cada título sino una cantidad mayor, que dependerá de la demanda. Si la ampliación de capital se realizara a valor nominal, se recaudarían entonces 625 millones, que se destinarían a pagar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) 604 millones que se le deben por la integración del banco Ceiss (el banco creado por España Duero).
Los rectores de Unicaja no vislumbran otra posibilidad distinta de que las nuevas acciones se coticen al menos a su valor nominal. En decir, que en el peor de los escenarios se recauden 625 millones. ¿Por qué este ‘optimismo’? El valor en libros de Unicaja ronda los 2.700 millones de euros. Si la ampliación se cotizara conforme a este valor, cada acción triplicaría su valor. Pero eso es un sueño imposible de verlo convertido en realidad. El banco cotizado español que más se parece a Unicaja es Liberbank, que cotiza con un descuento del 60 por ciento respecto a su valor contable. Con ese descuento, Unicaja conseguiría más de 1.000 millones de euros, que tampoco estaría mal.
La ampliación de capital de Unicaja Banco está bien planteada pero no está exenta de riesgos. No va dirigida a inversores particulares, sino a inversores institucionales. Los fondos de inversión, sobre todo los extranjeros, están mostrando últimamente un creciente interés por el sector bancario español. De hecho, hacía mucho tiempo que las acciones de los bancos españoles no cotizaban a los niveles actuales. Pero la realidad es que son objeto de este interés las grandes entidades y no las pequeñas. Unicaja, con ampliación o sin ampliación, no deja de ser un banco pequeño. ¿Qué puede pasar si fracasa este trascendental paso de Unicaja de acudir a los mercados? No nos lo queremos ni imaginar. Entonces tendría que activarse el plan B, que no es otra cosa que una fusión con otra entidad mayor. Y Andalucía perdería su más importante grupo bancario. Nada más y nada menos. Recemos, pues, como buenos andaluces, por el éxito de la operación de Unicaja.


 







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