Los armarios son camas que están de pie. Dentro del dormitorio estos muebles no se conciben el uno sin el otro, van de la mano, el armario y la cama son un matrimonio que lleva unido toda la vida, están hartos, la convivencia acaba con la pasión de los enseres. Pertenecen a una especie de mobiliario de cuatro patas y a una subespecie emparentada con el perezoso del Amazonas. Algunos amantes salen de la cama para meterse en el armario, o salen del armario y se meten en la cama, eso según. La mayoría de los amantes no cumplen la propiedad conmutativa.
Los armarios son sitios tan mágicos que de ellos pueden salir monstruos de Narnia con cabeza de toro y cuernos, también pueden salir amantes que se han escondido dentro y te los ponen. Yo no puedo dormir si la puerta está abierta. El armario de mi dormitorio no tiene ropa, está vacío porque, antes de acostarnos, L y yo hemos de guardar los cuarenta y tres cojines que hay encima de la cama, no caben en otro sitio. Después, por la mañana, los sacamos del armario tras hacer la cama, pero es muy difícil colocarlos porque el orden de los 43 cojines es una pantalla del Tetris y no es fácil encajarlos. Nuestra habitación es tan pequeña que el armario es empotrado, los armarios empotrados son discos duros externos, son feos sólo porque se llaman “empotrados” y esa es una palabra que suena mal. Di en voz alta “armario empotrado” y verás como suena a exabrupto, se usa para decir que alguien es muy grande. Un canapé es una cama empotrada. Puedes mordisquear el canapé, pero no se come, está malo.
La cama es mi mueble favorito. Si los armarios sirven para guardar la ropa, las camas sirven para guardar los sueños. Las camas también se usan para volverse de la misma opinión mientras duermes en el colchón, como Pablo Iglesias e Irene Montero, o para consultar a la almohada las dudas que tienes, o para ver la tele cuando quien de verdad manda en tu casa ve su programa favorito en el sofá y no te deja el mando a distancia. Las camas son armarios donde nos guardamos nosotros mismos para no apolillarnos, son un estuche dentro del cual estamos como en un estuche, son un sobre franqueado que enviamos a un tal Morfeo. Cuando tengo pesadillas me levanto malhumorado, en cambio cuando tengo folladillas me levanto súper contento. Me gusta dormir, lo hago muy bien, pero no tengo mérito porque soy muy flojo y no me cuesta. A pesar de lo bien que me salen los sueños, dormir es lo segundo que mejor hago yo en la cama. Lo primero es leer, pillines.
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