La unidad engañosa

El atractivo de la  inocente primera  vez. Pedro  Sánchez estuvo   a punto de no presentarse para  secretario general  del PSOE.  Vivía todavía muy en carne  viva su fracaso anterior.   Sin  embargo  al final  se dejo convencer por  las llamadas  de  la militancia,  voz de la calle a fin de cuentas.  
Nadie daba un duro por aquel  espigado muchacho aficionado al baloncesto. Otra  vez es el coche, la mochila y  la  obligada visita  a las Casas del Pueblo. Se trataba de pulsar la opinión entre los socialistas  avergonzados  que  veían  cómo  el partido iba perdiendo  votos.  Por un tubo. 
Los   barones, algo preocupados  por su  influencia  hegemónica , recelaban  del  abanderado de la militancia  con cazadora  de  cuero. “Adónde  vas  Pedro, le advertían  los  amigos más cercanos.
En la historia  del   socialismo  hispano  jamás se había  dado un  caso tan sangrante como pedir la abstención   de la militancia para que gobernara  la derecha mafiosa. Esto  exasperó  a la gente joven. 
Veo  ahora el mapa  de España y resulta   que Pedro Sánchez  ha ganado las primarias en todas las provincias  excepto  Andalucía y el País  Vasco. El nuevo líder  se  ha  dado   de pronunciar   sesenta mitínes  repitiendo  en ellos  el   giro   a la izquierda  del  socialismo   junto a la necesidad de   acabar con  lo anterior. La gente que  sufre  todavía  las consecuencias de la crisis se pregunta  a  diario cómo es posible   que nos  gobierne  un partido corrupto hasta las trancas. 
La llamada electoralista  de  Sánchez  ha resultado  un grito   de guerra  y así  lo prueban  los diez  mil  votos de   diferencia que le ha sacado a Susana  Díaz. Ahora bien,¿son  reales  los gestos de  la unidad que  los candidatos prometían  en las  fotos  mitineras?  Esas  muestras  responden  a un PSOE que ha  superado las disensiones internas?  No  lo creo.  A  mi juicio, y teniendo en cuenta lo que  pasó antes,  acaban de comenzar  los intentos   para desmontar  a  Sánchez   haciendo poco menos que  imposible  la unidad de la izquierda.   
Pregúntense cuántas veces tendrá  Pedro que ganar las primarias bajo la astucia de Podemos y el  maquiavelismo solapado de Ciudadanos.