Es común en la fauna de nuestra provincia encontrar al escorpión o alacrán. Muchos son los remedios populares contra sus dolorosas picaduras, desde freír el arácnido y aplicarlo sobre la picadura, hasta untarla con ajos; claro que, para poder capturarlo, dice la sabiduría popular que basta con acorralarle con fuego, y así se suicidará él mismo con su aguijón.
Estos días asisto estupefacto a una situación al borde de envenenarnos por completo, me refiero a los insultos entre compañeros de todas las sensibilidades socialistas, de reproches, provocaciones, ajustes de cuentas, falta de altura de miras,poniendo incluso en peligro la gobernabilidad socialista en las instituciones. Yo voté a Susana Díaz porque creo que es la mejor opción para la situación actual, pero hoy Pedro Sánchez es mi secretario general federal y voy a luchar con él y con todos mis compañeros para que volvamos a gobernar este país. Porque lo verdaderamente importante es que el PSOE sea útil, que desde las instituciones haga más feliz a la gente, con planteamientos de igualdad de oportunidades y de solidaridad.
La gresca continuada beneficia a la derecha y a los oportunistas políticos; mientras seguimos ensimismados y viendo al compañero como un alacrán entre los matorrales, no hablamos de la corrupción endémica del PP, ni de que la Diputación provincial parece querer cerrar la Residencia asistida para dependientes al no cumplir con la prevención y control sanitario, ni de que nuestras conexiones ferroviarias son tercermundistas…
Que el alacrán se suicide es un mito que proviene de que, cuando se le acorrala con fuego, al ser poiquilotermo, no puede regular su temperatura, así se calienta y deshidrata rápidamente, ocasionándole espasmos y contracciones en la cola, muriendo finalmente. Espero que no nos cerquemos en el PSOE con un arco de fuego que, con espasmos incluidos, pueda acabar con casi 140 años de vida. ¡No juguemos con fuego!
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