Hace unos cuantos días, el Ayuntamiento de Almería celebró un pleno extraordinario para debatir sobre el Estado de la Ciudad. Un pleno de estas características es muy importante, en mi opinión, el segundo en importancia tras el de presupuestos.
Pese a su indudable interés, no suele producir espectaculares resultados porque las posiciones están prefijadas de antemano. Para la oposición, en bloque, la situación de la ciudad es lamentable, con múltiples carencias y abandonos, para al final plantear soluciones, en forma de resoluciones, casi mágicas, que sumados millón a millón de Euros, las hace casi insoportables para las arcas municipales. C´s contempla la ciudad con un sí pero no, además de atribuirse los logros que haya podido alcanzar el Gobierno gracias a su “inestimable” apoyo.
La opinión del Gobierno municipal está en las antípodas de lo que cuenta la oposición, por tanto, la realidad estará en un discreto término medio. Lo más llamativo fue la escasa cantidad de público asistente, pese a la importancia de los tema a debate.
Este encuentro a veces vale para que el Gobierno saque algún proyecto de la chistera y, en esta ocasión, el alcalde, seguramente, para sorpresa de los suyos, puso como objetivo a medio plazo, la recuperación del Cable Inglés. Así dicho, sin más, pero con la solemnidad del momento, es un auténtico canto al sol por lo que a continuación explicaré.
Desde mi posición de observador, pero que, sin embargo, hasta no hace mucho tiempo, he formado parte del Gobierno Municipal de la capital almeriense, jamás me planteé ofrecer a la ciudadanía proyectos prácticamente irresolubles, pese a lo cual ahí quedaron algunas realizaciones para quién quiera recordarlas.
En el caso del Cable Inglés (amén de la otra rehabilitación del Cable francés, actualmente en estudio), el Ayuntamiento no es titular del bien, que yo sepa, no tiene perfectamente actualizado el diagnóstico de la situación del Cable, pero es que, además, no tiene proyecto ni partida presupuestaria en el Ayuntamiento para acometer tan extraordinario proyecto. Además hay demasiadas cosas a medias.
En política, señor alcalde, son muchos los proyectos que se deseará realizar, especialmente cuando se llega al Gobierno, (muchos de los cuales quedan en el tintero), cuestión que es legítima. Lo que ya no lo es tanto, es prometer proyectos, que en las actuales condiciones socio-políticas, son imposibles de realizar.
Señor alcalde buenas intenciones, sí, pero con los pies en el suelo.
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