Las mociones de censura

Probablemente nos sirva en esta coyuntura histórica recordar paso a paso algunas mociones de censura de otro tiempo. Es el tema político que ocupa actualmente a casi todas las tertulias sean de radio, televisivas o de terraza de bar. Ya van quedando pocos de aquellos españolitos que presenciaron la moción de censura de Felipe González contra Adolfo Suarez. La UCD estaba en  su primer  esplendor . Nadie creía que  el centro pudiera perderla. Mientras prendía fuego a su cigarro, Suarez decía: “Quita, hombre. No están las cosas como  para un triunfo del socialismo”·
 Sin embargo aquella moción de censura tuvo serias consecuencias. Asomaba ya el gran orador parlamentario que sería poco después  el “Isidoro”. Y ocurrió también  al mismo tiempo algo no previsto: Apareció igualmente Manuel Fraga como el gran líder de la oposición. En este momento el gran tema de todas las cadenas es la moción de censura de Pablo Iglesias.  No obstante la opinión anda dividida. Unos dicen que el de la coleta no es presidenciable y sin la menos posibilidad de derrotar a Rajoy  o a su posible sustituto. Probablemente lo que busca Pablo es imitar a Felipe González buscando  el lucimiento  de su presentación como hombre de Estado. Otra moción de censura que pocos olvidarán es la de Hernández Mancha.
 La peculiar habla andaluza y su oratoria de pueblo chocó contra la experiencia política de Felipe hasta el  punto de hacer desaparecer de la escena al sustituto de Fraga. Bien, olvídese el pasado. El próximo 13 de julio se debatirá en el Congreso la tercera moción de censura con la intervención de Pablo Igesias como candidato a Presidente del Gobierno. Las encuestas hablan de un 46 % de la población apoya la moción de censura de Iglesias. 
En el PP todos niegan en absoluto la posibilidad de  derrota r Rajoy , pero ¿ quién sabe lo que puede ocurrir? No debemos echar en saco roto la presencia oculta de Albert Rivera como posible candidato para ocupar el espacio de centroderecha. Respecto a Pablo Iglesias  tampoco debe olvidarse la mala imagen que tiene ahora mismo su partido, peor incluso que el resto de los lideres. De cualquier modo se esperan sorpresas cuando menos oratorias.