“La izquierda es un puzzle con las piezas al aire y hay que esperar a ver como caen, cuando caigan". Así describe una diputada de la izquierda española la actual situación de quienes hacen Oposición a Mariano Rajoy. Creo que la descripción es acertada y más después de escuchar a Abalos, portavoz del PSOE y del candidato rechazado Pablo Iglesias.
El triunfo incontestable de Sánchez ha modificado y mucho ese puzzle. Lo interesante está en ver como se gestiona, que depara esa modificación. De entrada, da la impresión de que la relación entre Podemos y PSOE se ha dulcificado en las formas pero nadie está en condiciones de afirmar que se haya restablecido la confianza. Esta continúa dañada, muy dañada. El PSOE, el nuevo PSOE, no olvida -y hace bien- el pasado más reciente. Abalos se encargó de recordarlo al leer el documento de Podemos en el que destilaba beligerancia, incluso desprecio hacia los socialistas. Iglesias lo dio por no escuchado.
De momento, el único dato objetivo es ese buen tono. Sin embargo Abalos marcó, con buenas palabras y mejores modos, las distancias que no están dispuestos a saltar. Sin duda, la más importante, la que puede condicionar cualquier acción conjunta es que los socialistas de ninguna de las maneras van a desbancar a Rajoy con peligrosos acercamientos a los independentistas. Sin Rivera en el puzzle, Pedro Sánchez no presentará moción de censura alguna y con Rivera en él, Iglesias no cabe. Los vetos mutuos de los nuevos hacen imposible -¿hay algo imposible en política?-- una nueva moción de censura. Viejas posiciones para ese nuevo tiempo...
Cosa distinta, y en ello se va a trabajar, es buscar los puntos de acuerdo suficientes para, desde el Congreso, realizar un marcaje exhaustivo al Gobierno. El hecho de que Ciudadanos se haya sumado a Podemos y PSOE en todo lo concerniente a la comisión que va a investigar la financiación del PP, es una rendija que permite pensar que sí, que esa actuación conjunta puede tomar cuerpo. En ese caso, Rajoy no será censurado pero sí sometido a un desgaste que maniate de manera absoluta la acción del Gobierno.
Para la izquierda, este nuevo tiempo, es el tiempo del PSOE, el de Pedro Sánchez y su equipo. Sánchez no es el que era. Hay que ver como es y alguna pista nos dará con el discurso que el domingo va a pronunciar ante 8.000 afiliados y simpatizantes. De momento el PSOE de Sánchez no se va a meter en el laberinto del artículo 2 de la Constitución y ni mucho menos en apoyar el referéndum unilateral planteado por los independentistas catalanes.
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