Fernando Martínez en la Ejecutiva federal

`El partido parece haber recobrado el espíritu que un día trajo la izquierda de Pablo Iglesias`

Kayros
23:29 • 26 jun. 2017

Entre la Universidad y la lucha  obrera,  entre la Memoria histórica y la guerra civil con sus trágicas consecuencias, exceptuando, si se quiere, el paréntesis tranquilo de la alcaldía, todo ha sido  una dedicación completa en este luchador sin desmayos firmemente curado contra cualquier contratiempo electoral.
 Podríamos decir que sin  el esfuerzo de este hombre y sus correligionarios no se entienden bien  por lo menos la mitad de los avatares  sociopolíticos  de  la provincia. Era ya  el primer  estetor del prefranquismo agonizante. 
Un día Fernando llegó a mí para preguntarme cuál era mi partido  dentro de la selva del siglo de las siglas, como dijo Dámaso, como dijo Dámaso. Le respondí que por el momento no me apetecía  ninguna clase de afiliación pero que  a cambio estaría muy cerca de cualquier movimiento por la cultura, el trabajo y la calidad de vida de los económicamente débiles.No  sé si lo he cumplido o no, pero al menos me he sumado casi siempre a cualquier intento de avance social tomando como ejemplo a estos luchadores incansables tales como Fernando. Por el camino fueron cayendo bastantes nombres. Unos se hartaron  probablemente por  el mal ejemplo  de  quien confundió la lucha con el confort y la buena vida. Otros se perdieron en un guirigay ideológico que no servía para nada. 
 En cualquier caso da gusto recordar ahora algunas hazañas reivindicativas  en la Chanca y otras partes. También son inolvidables las manifestaciones por la autonomía andaluza,  por la educación y sanidad públicas, por la mejora salarial de los hombres del mar.
 Aunque no se hayan conseguido algunas promesas que  fueron en su día son  el sueño de los justos, la Almería de hoy no podría entenderse sin los avances que encendió la Transición. El partido parece haber recobrado  el espíritu  que trajo un día la izquierda de Pablo  Iglesias. Somos la izquierda, dicen ahora los jóvenes  que nunca creyeron  en la posibilidad de una trasformación. A la derecha le moslesta  la palabra “cambio” y casi se alegra de no cambiar nunca. Pero con esa misma palabra el socialismo  de Felipe González llegó al poder .







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