¿Vuelve el tan temido déficit del agua en nuestra provincia?

Juan Torrijos
01:00 • 14 jul. 2017

Hace unos años, mandaba en el PSOE almerienses don Martín Soler, se dijo que el déficit de agua en Almería se había acabado. ¡Bien! ¡Aplausos! Hubo un momento en que algún político habló de trescientos cincuentas hectómetros cúbicos de déficit en Almería. En aquellos tiempos era La Caja Rural la única entidad social que sacaba la cara por el agua de los agricultores. Se notaba la mano de don Juan del Águila y su lucha por el futuro hídrico de los campos. Durante algunos años, los del gobierno de Zapatero y los que lleva mandando Rajoy, nadie habló de déficit, todo lo contrario, parecía que vivíamos en la abundancia. Los empresarios, los Cano de Asempal y de la Cámara de Comercio, nos acaban de poner de nuevo sobre la mesa el tan temido déficit de agua en la provincia. Ese del que ningún político quiere oír hablar. Ni los de la derecha ni los de la izquierda. Ellos, los empresarios, lo calculan en ciento noventa y un hectómetros cúbicos. Doscientos para redondear la cifra y cueste menos cada vez que la tengamos que escribir. Me parece muy positivo que los empresarios se tomen en serio el agua de Almería. Y lo dicen claro, las comunicaciones son necesarias, todas importantes, pero si no tenemos agua, si dejamos que se sequen nuestros invernaderos y campos ya me dirán que hacemos con las más de treinta mil familias que de ello viven. Don Juan del Águila se dio cuenta desde el principio: el éxito de la agricultura de Almería, en una zona seca como la nuestra, dependía del agua que nos llegara de otras fuentes, otras alternativas, otros trasvases. Me ha dado la impresión de que los Cano están dispuestos a ir a una guerra contras los “inútiles” políticos que nos gobiernan y que no mueven un dedo para buscar una solución a la sequía de nuestra tierra. Yo diría que no es que no muevan un dedo por buscar una solución, es que le han venido poniendo chinas en las ruedas. Y así nos va.
La falta de agua, nos aseguran, tiene motivos políticos. Mucho han tardado en darse cuentan. Ocho años de gobierno de Zapatero, cinco de Rajoy y a ningún político se le ha ocurrido ni siquiera buscar una solución al problema. Todo lo contrario, de vez en cuando aparece algún consejero cortando el agua de las depuradoras por culpa de algún papel que no se ha gestionado correctamente. Bienvenidos a la guerra del agua.







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