Es una suerte que, dado los datos de la última EPA, en las que nos anunciaba que el desempleo en Almería había aumentado durante el segundo trimestre del año, llegue este periodo veraniego y la ocupación turística alcance unos niveles del 90% en prácticamente toda la provincia.
La tasas de empleo en Almería, obviamente esta estrechamente ligada a su sector económico líder, como es la producción agroalimentaria y sus campañas, por ello, mientras en el resto de España subían esos niveles de empleabilidad, en esta nuestra tierra desciende en ese mismo trimestre. Se nos olvida que un sector que aporta el 40% del PIB a nuestra provincia, influye y mucho en las cifra de empleo de esta tierra.
Ahora con los datos de la ocupación turística en Almería, no se puede sino esperar que este tercer trimestre y coincidente con el empleo estacional que alberga esta época estival, la cifra de empleados suba. Eso es algo que es predecible y esperado, pero que obviamente alegra y mucho.
Pero la realidad de estas cifras nos deja un trasfondo que no es otro, sino el gran sometimiento que tiene el empleo de nuestra provincia a la estacionalidad. Y no es que este criminalizando en modo alguno esa estacionalidad, si hay épocas que traen empleo, bienvenido sea el mismo, lo que sí es más preocupante de cara a esa calidad en el empleo a la que todos ansiamos llegar, es que el mismo sea precario y temporal y que en consecuencia conlleve trabajadores que pueden tener empleo durante unos meses, pero que este no les da ni calidad de vida, ni tranquilidad.
Más llama aún la atención ese elevado índice de ocupación turística que presenta nuestra tierra, un dato positivo y esperanzador de otra fuente de actividad económica que, sin duda, debe de ser más potenciada para que no dependa tanto de los avatares de otros destinos turísticos, sino que sea un turismo que genere “enganche”, comodidad, tranquilidad y eso es labor de todos, porque los ciudadanos de una ciudad, hacen esa ciudad.
Pero mucha de esa comodidad depende del modo en que llegan nuestros turistas... y esa es la pregunta del millón ¿Llegan por tierra, mar o aire?Si es por mar, creo que lo tienen infinitamente más fácil que si a otros medios de transporte nos referimos. Y como muestra…un botón. El avión con pocas líneas con destino y salida a Almería y a precios imposibles. El tren es para valientes que se atreven a hacer un viaje de horas y dejarte entre ida y vueltas un día de vacaciones por el camino. Con ello, creo que no me equivoco si resumimos que, en su gran mayoría, salvo excepciones, el turismo que viene a Almería lo hace en su propio transporte, es decir vehículo, terminemos al menos de una vez por todas las carreteras de nuestra tierra y pongamos el empeño en mejorar nuestras comunicaciones.
Es tan fácil como darnos cuenta que hay dos factores de nuestra tierra que hacen aumentar el empleo, aunque sea estacional, y que son claves para el progreso económico como son las producción agrícola y el turismo. Ambas necesitan de unas comunicaciones e infraestructuras de transporte adecuadas: una doble vía, que parece que no va a llegar para transporte de personas y mercancías, lastima y oportunidad perdida por el camino… y nunca mejor dicho y una alta velocidad de calidad (que tampoco se la espera), que haga posible que llegar a Almería tenga fin sin dejarse la vida en el intento.
Tal y como empezaba, la levedad de la estacionalidad y los sueños por cumplir, entre ellos que esa tasas de empleo no desciendan en nuestra provincia y se llegue a ese sueño a los lomos de un AVE bravío y que cabalgue por doble senda.
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