Un patio con futuro

Quienes históricamente han tenido más fácil el acceso a la cultura, no siempre han sido los más cultos – no hay más que mirar hacia quien fuera cónsul español en Washington, quien se burló en una red social hace unos días del acento andaluz de nuestra Presidenta – En España, allá por el XVI, la nobleza comenzaba a ser algo más culta, lo que se refleja en una de las joyas monumentales de la provincia de Almería, el Castillo de Vélez-Blanco, que destaca en el conjunto de la arquitectura del Renacimiento en nuestro país, gracias a que el Marqués de los Vélez, Pedro Fajardo y Chacón decidió dejar a un lado el estilo gótico con el que mandó iniciar las obras.
Uno de los encantos del castillo era su Patio de Honor decorado con mármol blanco de Macael, despertando gran interés aún a comienzos del siglo XX, de ahí que el patio y otras piezas pasaran a manos de coleccionistas o del banquero George Blumenthal, quien terminó cediéndolo al Museo Metropolitano de Nueva York tras su fallecimiento.
El Castillo de Vélez Blanco, considerado Bien de Interés Cultural, fue adquirido por Junta de Andalucía y, en estos días se ha llevado a cabo la firma del contrato de estudios previos para la redacción del proyecto de reconstrucción del Patio, que ayudará a contar con una buena interpretación que sea lo más fiel posible al original. Un buen principio que ayudará a impulsar la economía y el empleo en las comarcas del Mármol y de Los Vélez, tanto por el empuje que supondrá para el turismo como por la mayor proyección internacional del mármol de Macael.
Sin duda es una apuesta clara de la Junta de Andalucía para que la cultura sea un bien compartido y al alcance de todos, contribuyendo a tener una sociedad más culta y, por ende, más libre.
A pesar de que, como decía Nietzsche, el Renacimiento fue la tentativa, emprendida con todos los medios, con todos los instintos, con todo el genio, de llevar a la victoria a los contra-valores, a los valores aristocráticos, no deja de pertenecer a nuestra cultura, esa que da identidad a cualquier pueblo que se precie para afrontar su presente y su futuro.