Almería se llena con la Feria

La Feria de Almería son nueve días. Está muy bien que los hosteleros llenen sus habitaciones y que nosotros nos alegremos  pero qué se puede decir del resto del año. Con nueve días rozando el lleno no viven los hoteles el resto de la campaña. A la alternativa de la feria hay que sumar algunas otras, y no debemos olvidar que uno de los climas más cómodos del invierno se viven aquí. Una gran feria o encuentro durante los días de frío en el resto del país no sería mala alternativa a estudiar, trabajar y preparar. La Expo en su tiempo daba cinco días a tope en los hoteles de la capital y del Poniente. Lo cierto es que con solo nueve días al año rozando el lleno los hoteles no tienen demasiado futuro. Hemos visto cómo se han cerrado algunos en nuevas zonas de la ciudad y no tienen visos de que se vayan a abrir en un futuro cercano.
Es necesario buscar nuevas fórmulas y alternativas para que no sólo durante la feria se pueda hablar de lleno. No les he leído a los jóvenes de Podemos si ellos están a favor o en contra del turismo que viene a Almería. Lo cierto es que no tenemos un turismo masificado y que nuestra costa sigue siendo una de la más protegida del país, por lo que aún nos quedan esperanzas de que el turismo no haya tocado techo en Almería. El alcalde ofrecía la ciudad para todos los que quieran venir, y está bien que lo haga. Pero también debe pensar que le va a ofrecer. No debemos olvidar que la gran mayoría de los cruceristas que llegan al salen ese mismo día en autocares a Granada a visitar la Alhambra.
La tapa debe ser un interés turístico, de acuerdo, pero no solo de la tapa se vive y no solo por ella nos van a llegar turistas a mogollón. Seamos más serios a la hora de hablar del turismo. Cuando España se preparaba, allá por los sesenta, para la llegada de los blancos cuerpos de Europa a tostarse al sol del Mediterráneo, Almería seguía dormida y sentada en el hotel Simón. Recuperar los años con la situación política y social creada va a ser difícil y complicado. Pero no tiren la toalla, murallas más fuertes han caído.