Una foto con marco incomparable

El detonante fue la foto nupcial de una pareja con el monumento a las víctimas almerienses del campo de exterminio nazi de Mauthausen como fondo. Al menos eso es lo que motivó la reacción airada en las redes de un profesor que acabó convertida en noticia por LA VOZ. La protesta no tenía cariz estético (imagino a los novios posando acaramelados ante el conjunto conmemorativo y siento escalofríos) sino de corte ético, por el contexto histórico del “marco incomparable” escogido por la feliz pareja. A raíz de ahí, una larga serie de lamentos sobre el desconocimiento global, la falta de respeto y todos los etcéteras que usted quiera poner a la desafortunada composición fotográfica. Pero de entre todas las opiniones me quedo la del catedrático de la UAL, Fernando Martínez, que acaba culpando al franquismo de tan singular foto. Y hombre, uno entiende que haya que colocar la mercancía en cualquier ocasión y que siempre es lícito aprovechar para hablar del libro de uno. Pero creo que esta ideologización de la incultura es un recurso excesivamente forzado, pues la monumental incuria de los almerienses por su patrimonio histórico y cultural no entiende de ideologías, ni de siglos, ni de siglas: malparar y degradar elementos urbanos es, por desgracia, una seña de identidad almeriense. Hasta deberíamos saludar con alivio que el lugar sea usado ahora como simple photocall, cuando yo mismo lo he visto no hace demasiado cubierto de excrementos y otras delicuescencias botelloneras derivadas de un tío de la bota diferente al que menciona el profesor Martínez. El reiterado maltrato propinado en Almería a las esculturas de dos personajes tan distintos y distantes como el rey Jairán o John Lennon explica bien la ausencia de carga ideológica en ese ignorante desprecio. Pretender que el recordatorio a los almerienses víctimas de los nazis se minusvalora por motivos políticos resulta, cuando menos, tan aventurado como querer tener en el aparador de casa una foto nupcial con semejante fondo.