La sentencia contra la alcaldesa deja satisfecho a Pepe Llamas

Juan Torrijos
01:00 • 23 sept. 2017

La alcaldesa, doña Purificación, se pasa los derechos de un concejal por el forro de sus caprichos (democráticos o no) y la jueza así lo reconoce y lo sentencia, pero tienen que pagar las tonterías de la señora alcaldesa los vecinos de Cantoria, ya que es el ayuntamiento el que deberá abonar las costas del juicio. No lo entiendo, no estaría de más que me lo explicara alguien: Una alcaldesa se cisca en los derechos de un concejal, una jueza le da la razón al edil pisoteado y condena la acción, por ahora va bien, hasta aquí parece justo, pero la sentencia deriva el pago de las costas a unos señores, vecinos ellos de Cantoria, que la única culpa que tienen es haber votado a una alcaldesa a la que no le gustan las críticas y tira por la calle de en medio cuando alguien las hace en el pleno de la corporación. ¿Nos están mandando el mensaje de que por haber votado a doña Purificación los vecinos de Cantoria se tienen que aguantar, pagar y ajos comer durante todo el tiempo de su mandato? ¡Un poco fuerte no! Don Pepe Lamas dice sentirse satisfecho con la sentencia, supongo que moralmente, pues en nada más, que se sepa por ahora, le beneficia la misma. En cuanto a la señora alcaldesa le han dado una regañina judicial, pero poco más. No tendrá que pagar los costes del proceso (lo harán los de siempre: Los vecinos), ni que se sepa hay otra medida contra ella en la sentencia por pasarse los derechos de un compañero por la barra de labios. Si la señora alcaldesa ha cometido una falta, algo debía pagar por ello.
No dar información a la oposición le puede suponer a un alcalde o alcaldesa una inhabilitación para cargo público durante unos cuantos años, ciscarte en los derechos de un colega de corporación encima te lo pagan los vecinos. ¡Viva el vino! Doña Purificación, puede usted seguir en sus trece, con una justicia así en el salón de plenos de Cantoria son sus reaños los que mandan, y cuando alguien no lo vea así y la denuncie, como hizo Pepe Llamas, una simple regañina judicial y que sean los vecinos los que paguen sus salidas de tono. Y encima puede usted recurrir la sentencia, cuestión esta que es de derecho por su parte.
Y si su derecho es inalienable, tendría que pensar en los de los demás, aunque lo mismo es pedirle demasiado.


 







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