Llegado este momento, y sabiendo que la cuestión de la independencia de Cataluña no tiene legitimación ni histórica ni legalmente, ya no podemos plantear lo que se podría haber hecho para evitar esta deriva irracional. Es la hora de actuar en el presente y plantearnos un futuro modelo territorial que encaje en un Estado de Derecho sin destruir la unidad de España. Cuando escucho declaraciones como las del jugador del Barça Piqué, afirmando que España y Cataluña son como un padre y un hijo que pide su independencia a los 18 años, me gustaría recordarle que ese hijo ya mayor de edad sigue perteneciendo a la misma familia desde su nacimiento. Un caso similar sucede con los catalanes que no pueden ni deben olvidar su origen español. Además, con su actual autogobierno, tienen reconocidos usos, costumbres, lengua, derechos y competencias mayores que muchos Estados Federales. Desde el resto de España jamás se ha discriminado a los catalanes sino más bien al contrario ya que, incluidos los gobiernos franquistas, ellos han conseguido más inversiones que cualquier otro territorio del Estado (véase por ejemplo en infraestructuras e industria). Lo evidente es que tenemos un problema provocado por la cerrazón de los gobernantes de la Generalitat que, ignorando el ordenamiento jurídico, basan el diálogo únicamente en el pensamiento único de independencia sí o sí. Esta clase de gobernantes, desafiando el juicio de los propios letrados de su Parlamento y hasta su Estatut, se ponen al margen de la democracia y presionan e intimidan a los que no piensan como ellos violando los más elementales derechos humanos. Es urgente, pues, defender a la mayoría silenciosa de catalanes ya sea por la vía del 155 u otros mecanismos constitucionales que pueden utilizar tanto el gobierno como el Jefe del Estado porque es vital preservar los derechos de todos e intervenir el gobierno autonómico catalán así como aplicarles el Código Penal a los responsables de estos delitos contra la democracia y la dignidad de las personas. Los partidos políticos que defienden la Constitución, esa Constitución que hicimos entre todos en la transición y que nos ha llevado a vivir los mejores años de nuestra historia, deben estar unidos, sin fisuras, como afirman destacados dirigentes históricos del PSOE (Felipe González o Alfonso Guerra: “En Cataluña hay un golpe de estado, no se puede negociar) o actuales como el Presidente de Extremadura. Ellos piden a este gobierno que salga de la pasividad y provoque unas elecciones libres en Cataluña para que los nuevos dirigentes negocien sin descanso (como lo hicieron Suárez, Carrillo, González… para traer la democracia) hasta alcanzar el consenso.
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