Prensa española, manipuladora

Emilio Ruiz
01:00 • 08 oct. 2017

Uno de los más frecuentes ‘gritos de guerra’ que los independentistas catalanes han empleado durante este proceso ha sido el de ‘Prensa española, manipuladora’. Allí donde los manifestantes veían un micrófono con conexión para un medio nacional, el cerco sobre el periodista se intensificaba y en ocasiones el vocerío culminaba con la sustracción del propio micrófono, como le pasó a Hilario Pino. En este persistente ataque a los medios de comunicación ‘no amigos’ lo que nunca creíamos que podría pasar es ver cómo el mismo director de informativos de La Sexta, Antonio García Ferreras, y su equipo se verían obligados a abandonar el Parlament escoltados por los Mossos d'Esquadra ante los insultos y amenazas de muerte. Si por algo se ha caracterizado el presentador de 'Al Rojo Vivo' ha sido precisamente por dar siempre voz a personas que se han alineado con las tesis independentistas.
Afortunadamente ya no vivimos en los tiempos en los que la información que se nos proporcionaba se elaboraba en un mismo punto de origen. La objetividad informativa absoluta no existe, pero existe la posibilidad de contrastar las versiones que nos ofrecen distintos medios hasta conformarnos cada uno de nosotros una verdad, que tampoco sería la verdad absoluta, sino nuestra verdad. Cuando los manifestantes del ‘procés’ acusan a la prensa española de manipuladora lo que vienen a decir es que el relato que se hace fuera de Cataluña del ‘tema catalán’ es diferente al que a ellos le cuentan. Lógicamente, para ellos, el relato que cuenta la verdad es el propio, no el ajeno.
Sobre el tema del independentismo, en Cataluña no ha existido una oferta informativa variada. Hasta periódicos serios como ‘La Vanguardia’, que hasta hace poco llevaba en su cabecera la palabra ‘Española’, han sucumbido al ideario nacionalista.  El escarnio sufrido por ‘El Periódico’ por contar la verdad sobre ciertos asuntos de los sucesos de Las Ramblas ha puesto de manifiesto que quien se sale de la línea informativa de ‘El Parte’ catalán tendrá que enfrentarse a más de un problema. ¿Alguien se imagina a un director general de la policía española hablar de un periódico, el que sea, de la manera que lo hizo el ‘major’ Trapero sobre el periódico que dirige Enric Hernández? Es inimaginable. Dentro del mundo nacionalista catalán, la actitud del popular policía se vio como algo absolutamente normal. Posiblemente, incluso exigible por arriba.
Los independentistas catalanes llevan muchos años recibiendo un relato tergiversado de la realidad. La carencia de posibilidades de contrastar ‘realidades distintas’ les ha conducido a vivir en un mundo de fantasía y de mentira. La verdad, para ellos, es la posverdad. Ayer mismo las cámaras de ‘La Sexta’ salían a las calles de Barcelona y preguntaban a jóvenes manifestantes por las razones por las que deseaban la independencia. “Para ser libres”, decían algunos. “Para que no nos roben lo que es nuestro”, decían otros. “Para que España nos respete”, afirmaba una joven. Se creían lo que decían.
La ‘prensa española manipuladora’ lleva mucho tiempo diciéndoles a estos ilusos que la separación de España no es tan bonita como se la cuentan. Que están instalados en un bucle de fantasías que se iban a venir abajo en cualquier momento. Ahora, cuando dos bancos centenarios catalanes como La Caixa y Sabadell han decidido trasladar sus sedes sociales a Valencia, los fabricantes de fantasías dicen que eso no es verdad. “Lo que han hecho ha sido poner en Valencia el buzón de correos”. Textual: lo dijo el viernes Josep Lluis Cleries, portavoz del PDeCAT en el Senado.







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