Un millón ó 350.000; podríamos haber sido mi vecino del cuarto izquierda, el de bajo B y yo; más o menos 3 gatos , pero qué más da, en política las matemáticas nunca serán una ciencia exacta. Sin engaños, a un servidor le ha sido imposible concurrir a tan magna expresión de libertad.
Lo que se aproxima a plausibilidad como cualidad de lo plausible y según se dice en mi “tierra”, es que en las calles de la Ciudad Condal “Había una jartá de gente”. Se entiende como jartá o jarto, algo que se convierte en pesado o aburrido por evidente. Evidente ha sido que en la mañana del 8 de Octubre “una jartá de gente”, jarta ya de haber sido silenciada durante décadas ha dicho “prou” y ha decidido combatir democráticamente una dura batalla. Hay combates que lo deshonroso no es perderlos, lo deshonroso es no pelearlos.
Punto de inflexion Un punto de inflexión en esta vorágine de acontecimientos vividos en las últimas fechas ha sido el posicionamiento del Rey, en el que ha quedado claro cual debe de ser el papel a jugar por cada cual. Resultado inmediato de dicha intervención, amén del correspondiente tirón de orejas al Sr Rajoy, ha sido la espantada de bancos y corporaciones de Cataluña que no están dispuestas a hacerse el harakiri a costa de la huida hacia delante del señor Puigdemont y de su Govern kamikaze.
La historia es algo que los secesionistas se niegan a asumir por contener hechos dramáticamente fallidos para sus intereses. Ochenta y tres años han transcurrido desde que el president Companys se rebeló contra la legitimidad de la II República, ésa misma que reprimió su antidemocrático proceder sin titubeos. Qué pena que en vez de utilizar esas vivencias para distorsionar la realidad, adoctrinando de forma infame a los jóvenes catalanes, no hayan sido utilizadas para crear una conciencia solidaria con el resto de los pueblos de España. El actual President, en el mejor de los casos solo puede aspirar a perder su patrimonio personal y a quedar defenestrado políticamente a perpetuidad, de ahí que sea capaz de jugar a todo o nada por si al final cuela lo del procés y de ésa guisa se libra del “talego”; eso sí, siempre y cuando lo determine la autoridad judicial competente tal y como ha manifestado el señor Borrell en su intervención al final de la multitudinaria concentración producida.
Reproches El expresidente del Parlamento Europeo ha puesto el dedo en la llaga sobre una cuestión sumamente interesante; ha reprochado a la clase empresarial catalana que haya esperado hasta hoy para posicionarse y no haber plantado cara en tiempos pasados a los distintos gobiernos de la Generalitat. Por cierto, me pareció ver en la tele a mi vecino del bajo B y así se lo he comunicado en nuestro encuentro de hoy. Me ha hecho un único comentario, que la verdad me ha tranquilizado una jartá : Vecino: “Por fin la calle es de todos”.
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