La situación política que se vive en Cataluña ha creado algún desconcierto en los partidos de ámbito nacional (Partido Popular, Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos) tal vez porque ninguno de los cuatro llegara a pensar que los independentistas iban a llevar sus propuestas hasta los límites actuales. Si observamos la reacción y la posición de cada uno de ellos durante el periodo de ‘maduración’ del proceso de independencia, podemos comprobar que las actitudes han sido indecisas y hasta contradictorias. La actitud del Partido Popular ha sido casi siempre infravalorar la negociación política y sobrevalorar la sujeción a los tribunales de justicia. La designación de Soraya Sáenz de Santamaría como ministra interlocutora en el ‘tema catalán’ con despacho propio en la delegación del Gobierno de Cataluña ha resultado un fracaso. El PP siempre se ha negado a una reforma constitucional y ha sido solo a última hora, una vez que el PSOE le ha ofrecido su apoyo para aplicar el artículo 155 de la Constitución, cuando los ‘populares’ han accedido a negociar una modificación de la Constitución de 1978.
Tampoco la posición del PSOE ha sido nítida. Durante meses el rechazo al artículo 155 ha sido total, y ahora vemos lo que hay. Celebrado el falso referéndum, la respuesta de Pedro Sánchez, además de invalidarlo, fue incitar a Mariano Rajoy a mantener urgentemente una reunión negociadora con Carles Puigdemont a la vez que anunciaba una reprobación de la vicepresidenta del Gobierno. Sobre la reunión de los dos presidentes, al poco tuvo que salir el secretario de Organización, José Luis Ávalos, y aclarar que cualquier reunión necesitaba de una vuelta previa de Puigdemont a la legalidad. En cuanto a la reprobación de Sáenz de Santamaría, el anuncio fue tan precipitado que finalmente hubo que retirarla, no sin antes mostrar sus críticas hacia quienes lo consideraron inadecuado. Tras estos devaneos, el PSOE ha recobrado el lugar que le corresponde en una crisis que puede culminar con el resquebrajamiento de la integridad territorial de España. No es un tema menor.
La primera reacción de Pablo Iglesias al referéndum secesionista de Carlos Puigdemont fue manifestar que él no participaría si fuera catalán. Algo cambió en él tras una reunión que tuvo en Barcelona, en casa de Jaume Roures, con miembros de Esquerra. Lo que era un referéndum pasó a ser un “proceso participativo”, y, ante un acto así, todo el mundo debe participar, según Podemos. Respecto al fondo del asunto, Podemos siempre ha mantenido la misma postura: referéndum legal y pactado. El partido de Pablo Iglesias y todas sus confluencias son partidarios del derecho de autoderminación. Podemos es el único partido nacional que acepta este derecho.
Por lo que respecta a Ciudadanos, en principio rechazó cualquier aplicación del artículo 155, pero esa postura le duró poco. Desde hace varias semanas Albert Rivera considera que se debería haber puesto en marcha el proceso del ya popular artículo. La vergonzosa situación del Parlament en la jornada del 6 de octubre justificaba su aplicación sin más demora. Ciudadanos considera que de este estado de confusión solo se sale con unas elecciones autonómicas, bien convocadas por el presidente de la Generalitat, bien convocadas por el Gobierno de España tras asumir las atribuciones correspondientes.
¿Cómo valoran los ciudadanos españoles la postura que cada partido de carácter nacional está tomando en la crisis de Cataluña? A esa cuestión solo se podría responder analizando el resultado de una cita con las urnas. Como esa cita no la ha habido, los institutos de opinión de encargan de trasladarnos el ‘pulso’ de la ciudadanía. A estas encuestas y sondeos cada uno de da el valor que desee. Tres son las encuestas que este fin de semana se han publicado para pulsar el voto de los ciudadanos a nivel estatal. Como apreciación general se puede decir que los españoles premian la posición de Ciudadanos, castigan las del PP y Podemos y se muestran dubitativos ante la posición del PSOE.
Según la encuesta de DYM para “El Confidencial”, el PP volvería a ganar. Del 33,01% del 26-J pasaría al 29,9%. 5,9 puntos por debajo del PP se queda el PSOE. La encuesta actual calcula un 24% para el partido de Pedro Sánchez. Ese 24% es superior al 22,63% de los comicios del 26-J. Ciudadanos se alzaría con la tercera plaza con un 17,5% y superaría a Unidos Podemos (16,9%).
Otra encuesta es la publicada por NC Report para “La Razón”. La formación de Albert Rivera sería la principal beneficiada si hoy se celebrasen elecciones, mientras que los de Pablo Iglesias registrarían un importante retroceso. El PP sería fuerza más votada con un 31,4% de los votos, pero perdería entre seis y nueve escaños. El PSOE llega hasta el 22% de los votos y con entre 84 y 89 escaños. Ciudadanos registra una subida de entre 18 y 21 escaños, lo que le impulsa hasta el 17,8% de los sufragios y certifica el «sorpasso» sobre Unidos Podemos (17,5%) en votos, aunque no en escaños.
La última encuesta la presentó ayer “El Diario”, el periódico que dirige quien fue subdirector de “La Voz de Almería”, Ignacio Escolar. Ha sido elaborada por Celeste-Tel. El PP se mantendría como fuerza más votada, con un 30,6% de los votos y entre 126 y 128 escaños. Las expectativas de los socialistas quedan fijadas en un 23,6% del voto, lo que les otorgaría entre 89 y 90 escaños en el Parlamento. Son 0,8 puntos por encima de su resultado en las elecciones del 26 de junio de 2016. Podemos y sus confluencias se sitúan en el 18.1% del voto válido. Son 3,2 puntos menos que el 26-J. Ciudadanos se sitúa a tan solo 0,9 puntos de Podemos y sus confluencias. Es la distancia más corta desde las elecciones generales de 2015 y estaría en disposición de disputarle la tercera posición en el Parlamento en número de escaños.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/139802/las-encuestas-premian-la-actitud-de-ciudadanos-en-el-proces
Temas relacionados
-
Institutos
-
Elecciones
-
Política
-
PP
-
Pedro Sánchez
-
Pablo Iglesias
-
PSOE
-
Independentismo
-
Carles Puigdemont