Hay una película que vería mil veces por varios motivos y esa es Avatar, por sus conocimientos en botánica y, sobre todo, porque nos muestra que es posible vivir en paz con el planeta. Nosotros no sabemos vivir en paz con el planeta, siempre estamos en guerra con él y no podemos asegurar la vida digna en cualquier lugar del mismo. Hay que recordar, una y otra vez, que solo tenemos un planeta: no hay planeta B. Tenemos que tomar consciencia de que vivimos en una crisis ecológica sin precedentes en la humanidad y el cambio climático, por ejemplo, es una de sus consecuencias.
Esta semana se ha celebrado en el Parlamento Europeo la Conferencia de los Verdes /Ale: “Justicia Climática: la transición energética desde una perspectiva de género”, en la que se ha debatido la relación con la desigualdad de género y la pobreza energética, porque se nos está olvidando que las mujeres somos agentes imprescindibles en la transición energética que hay que iniciar con determinación e inteligencia, es imprescindible que las mujeres estén presentes en la toma de decisiones porque la pobreza energética nos afecta más.
“Las mujeres no son solo víctimas, son también creadoras y se encargan del mantenimiento cotidiano de la vida”, recalcó Nerea Piris de Ecologistas en Acción en la Conferencia.
Dijo Vandana Shiva en la inauguración: “Las mujeres son energía, la energía de la vida en la Tierra”. ¿Qué entendemos por vida? Para explicarlo tenemos que volver a recordar conceptos como ecodependencia (los recursos son limitados y no podemos esquilmarlos) e interdependencia (todos necesitamos cuidados en algún momento de nuestras vidas), por tanto es necesario para la vida tiempo y energía, y con sistemas económicos y energéticos dependientes somos vulnerables.
En el estudio de Ingenería sin Fronteras titulado “Desigualdad de género y pobreza energética: un riesgo olvidado”, de Irene González Pijuan, recuerda el caso de Rosa, de 81 años, murió en Reus el 14 de noviembre de 2016 porque Gas Natural Fenosa le había cortado la luz, a pesar de que violó la ley de pobreza energética catalana 24/2015. Rosa murió entre el olvido y la extrema pobreza.
En España, la pobreza energética causa unas 7.000 muertes al año, según el estudio bienal sobre pobreza energética de la Asociación de Ciencias Ambientales, incendios que causan la muerte o enfermedades respiratorias como constipados o neumonía; circulatorias como hipertensión, ictus, infarto, etc., o problemas de salud mental como ansiedad y depresión, son algunas de las enfermedades que causan los problemas de deceso energético.
Hay numerosos estudios que llegan a las mismas conclusiones: “la desigualdad de género es un factor de riesgo y que aumenta la vulnerabilidad y las posibilidades de sufrir pobreza energética, y esta a su vez tiene consecuencias económicas, físicas, sociales y psicológicas en las mujeres afectadas.
Hacen falta por tanto políticas públicas igualitarias sin el sesgo androcéntrico, como dice el acuerdo de París, necesitamos desarrollar políticas sensibles al género.
Además Inspiraction (organización no gubernamental) da más pinceladas al problema: “Más de cinco millones de mujeres viven y trabajan en el campo en España en sectores altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, como son los sectores de pesca, ganadería y agricultura.
La titularidad de las tierras y las explotaciones sigue ligada a los varones de la familia, y hay una tendencia a la masculinización en los nuevos sectores vinculados a la transición energética y una economía baja en carbono.”
Las políticas de energía, actuales, plantean el uso de energías fósiles como el gas, pero no plantea la reducción del consumo e, incluso, se está invirtiendo en grandes infraestructuras para traer combustible fósil de otros lugares del mundo.
Esto unido a la geopolítica hace que nuestras vidas sean más inseguras y nos hacen más vulnerables: este modelo de energía basado en las energías fósiles y nucleares es insostenible.
El almacén de gas submarino, Castor, que se estaba realizando en el Mediterráneo y cuyo error político por darle vía libre nos ha hecho tener que pagar una indemnización de 1.350,7 millones de euros, que recae en los recibos de energía de los hogares, y por tanto los hogares vulnerables se hacen más vulnerables, entre los que se encuentran los hogares en los que la mujer lleva el sustento.
Llega el invierno y el índice de pobreza sigue aumentando en España, según el Centro de Investigación Economics for Energy, alerta que el índice de pobreza energética en España se ha multiplicado por tres, y esto no es una película que al terminar se enciende la luz de la sala y sabemos que es ficción: es una realidad que no sale en los medios ni en los recibos de energía, y que nos estamos jugando, como en Avatar, la supervivencia de este planeta y la paz, y la vida digna en él.
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