Éramos pocos y parió la abuela

La onda expansiva del “procés” llega a Andalucía en forma de emulación pintoresca. Se llama “República Federal Andaluza” y se va a presentar en breve. El agro-punk político andaluz se ha unido a la iniciativa de la sedicente Asamblea Nacional Andaluza  y van a proclamar todos juntos una república flamenca el próximo día 4 de diciembre, día señaladito en el calendario emocional del andalucismo pata negra. Así, como lo están leyendo. Éramos pocos y parió el cañamerismo desilustrado. Por si no teníamos bastante con el señor catalán que se ha declarado independiente de su peluquero, ahora vienen los asaltadores de supermercados a sumarse al proyecto independentista y asambleario de crear en Andalucía una república independiente de España y formada por las ocho provincias andaluzas, y también –ojo al dato-  por parte de Murcia, parte del Algarve portugués e incluso parte del Rif marroquí, sin duda la aportación más estupefaciente de todo el proyecto. Y lo dicen en serio, oiga. No sabemos qué pensarán hacer con Ceuta y Melilla o si han pensado en un estatuto que contemple la fórmula del estado libre asociado para la floreciente y admirable actividad propia de Gibraltar. Pero en esas estamos: en la vuelta a los reinos de taifa en pleno siglo XXI. Lo que pasa es que estos tíos no han contado con el vibrante sentimiento independentista almeriense, que temo que no aceptaría nunca de buen grado eso de verse metido de hoz y coz (nunca mejor dicho) en un proyecto que vendría a ser más de lo mismo que la Junta de Andalucía, pero a lo bruto y a lo tonto. Y ahora un poco más en serio: lo que necesita España con urgencia no es una actuación judicial fulminante o un despliegue más amplio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: lo que está haciendo falta a marchas forzadas es una actuación combinada de los colegios de psiquiatras de España. El proceso infecto-contagioso se ha convertido ya en un desvarío.