Se ha venido recordando muy oportunamente estos días la frase (demos por bueno que el primero en pronunciarla fuera el President Josep Tarradellas) “En política se pueden hacer muchas cosas, salvo el ridículo”. Y sinceramente, creo que a pesar de su rotundidad, la frase no llega a explicar y definir con propiedad la actuación del ex President Puigdemont a lo largo de estos días. Y es que lo de “hacer el ridículo” no termina de reflejar con precisión la secuencia de declaraciones y movimientos de ese señor que tan sólo ha logrado independizarse de su peluquero. No recuerdo haber visto nunca algo igual, y eso que en Almería hemos tenido momentos dignos del palmarés mundial del bochorno (acuérdense del paso del PAL por Diputación) La apoteosis de su surrealista fuga a Bélgica y su incongruente desparrame declarativo no sólo le retrata como un político cobardica, sino que le incapacita para seguir abanderando con un mínimo de seriedad el movimiento independentista. Me pregunto qué pensarán de su comportamiento todos esos ciudadanos catalanes lobotomizados por TV3 al ver a su amado líder nacional diciendo majaderías desde Bruselas (su rueda de prensa pedía a voces un control antidoping) mientras ellos siguen en Cataluña padeciendo la “ocupación” de un “Estado opresor y violento”, etcétera. El destituido dirigente ha querido internacionalizar el conflicto hasta el límite de sus posibilidades, pero ha pinchado en hueso. Salvo cuatro locos repartidos por Europa, el resto del mundo ha ignorado a Puigdemont. Y a lo que él no va a poder dar la espalda es al hecho de que ya ha sido admitida a trámite la primera de las dos querellas que ha interpuesto la Fiscalía por “rebelión o, cuando menos, sedición”, malversación de caudales públicos y otros delitos conexos. Eso sí: una cosa positiva tiene todo este embrollo: mientras este tipo y su cuadrilla sigan al frente del “procés” la independencia de Cataluña estará más cerca de lo cómico que de lo político.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/140717/todo-menos-el-ridiculo