Noche negra

Escribía el pintor Vincent Van Gogh a su hermano Theo, allá por 1.888, que “La noche es más viva y tiene más colorido que el día; y es cierto que, si uno contempla su pintura al óleo ‘Terraza de café por la noche’, en la que plasma con genialidad, sin hacer uso del color negro, una vista del Café Terrace en Arlés por la noche, puede entender a la perfección sus palabras desde el sur de Francia.
A pesar de lo que pensaba Van Gogh, hay quienes aprovechan la noche para desatar lo más oscuro del ser humano, como en la pasada noche de Halloween. Muchos descerebrados se dedicaron a quemar contenedores o volcar algún coche; en la capital rompieron lunas del transporte urbano, les arrojaron piedras, naranjas, huevos,…, poniendo en peligro la seguridad de muchas personas. Conozco a quien, paseando por la calle, una manzana le rozó la cabeza y muchos aguantaron huevos en las fachadas de sus casas. Y ante tal barbarie, ¿qué previsión hizo el gobierno local?¿cómo trataron de desactivar este vandalismo? ¿qué medidas se adoptarán en años sucesivos?, ¿cómo es posible que aún haya huevos en aceras y mobiliario urbano? Cuando desde las instituciones se promueven actividades como ‘La noche en negro’ en una fecha en la que priman actos como los citados, y en la que hay que aguantar a quienes, a grito de “¿Truco o trato?” te tratan con la punta del pié y te arrojan, en el mejor de los casos, huevos a tu casa, se debe estar muy bien preparado para combatir los aspectos nocivos, con campañas educativas, mayor efectivos disuasorios, más limpieza extraordinaria,…
Y es que, independientemente de que quieran imponernos una tradición que está teniendo acogida, y que tendría la misma en otro momento del año, porque los almerienses estamos faltos de una actividad cultural de verdad, el alcalde debería plantearse si contribuye o no a que ‘La noche en negro’ sea colorida, viva y divertida con respeto, o sea en realidad una noche negra.