Hay pocas personas que pueden ser “libres como el viento del Playazo de Rodalquilar”, dice la Presidenta de la Fundación Carmen de Burgos, la politóloga María Serrano, sobre la polifacética almeriense. La almeriense Carmen de Burgos y Seguí, también conocida como Colombine, fue periodista, feminista, defensora del divorcio, maestra, escritora, pedagoga, traductora y corresponsal de guerra. Ser libre hizo que fuese maltratada por críticos y escritores que recelaban de esa libertad que consiguió a base de tenacidad, valentía y osadía. Esta querida almeriense para muchos, es pionera en el periodismo y en el feminismo de este país: fue la primera mujer corresponsal de guerra, mujer periodista en España y cronista parlamentaria.
La escritora nació en 1867 en Almería, y vivió su infancia en Rodalquilar. Es difícil ser mujer, pero en aquella época, y teniendo horizontes en tantos campos, fue una auténtica heroicidad. Hay que señalar que en 1870 sólo el 9.6% de las mujeres sabían leer y escribir, además hay que incidir en que Almería estaba muy aislada y dejada del resto del mundo. Su infancia, junto al mar, marcó una huella feliz que refleja en sus textos, una huella de amor a la Naturaleza indómita.
El historiador almeriense, Antonio Sevillano, recuerda una frase de ella sobre esta época: “Nadie me habló de Dios ni de las leyes, así que yo aprendí a ser mi propia ley y a pasar sin Dios”. En 1885 consiguió el título de maestra, carrera que estudió a escondidas, en la Universidad de Granada mientras vivía un matrimonio desdichado.
Tras la muerte de dos de sus tres hijos, decide abandonar su hogar, en Almería, con su hija, e irse a Madrid, e iniciar una nueva carrera profesional en el periodismo, a pesar de ser un mundo de hombres, siendo capaz de alternarlo como maestra. El feminismo empezaba a tomar impulso en Europa y ella empieza a tratarlo, como nos resalta la historiadora Anyes Segura, en el libro del que es coautora junto a Antonio Sevillano “Carmen de Burgos Colombine. La mujer silenciada”, editado por el Instituto de Estudios Almerienses, tratando temas que nadie se atrevía a tocar a primeros del siglo XX, como son el divorcio y el voto de la mujer. En la “Comedia del Arte”, Colombine, es un personaje que aparece sin máscara, es un seudónimo desafiante para quién la lea, ya que hace referencia a la mujer frívola, intrascendente y sobre todo infiel. Aunque Carmen de Burgos “fue una persona leal a las personas, a sus principios y a sus ideas”, como nos indica Concepción Núñez, biógrafa de la periodista almeriense.
En Madrid, va tejiendo amistades con la intelectualidad de la época, aunque no lo tuvo fácil, sus coetáneos la quisieron invisibilizar. Ella escribió por primera vez el suceso sobre el “Crimen de Níjar” en el Cortijo del Fraile, dos años antes de que lo hiciera Federico García Lorca con “Bodas de Sangre”. Además, por ser mujer, no podía asistir a las tertulias intelectuales así que decidió organizarlas en su casa los jueves, y entorno a ellas reunió a la gran intelectualidad de la época como Valle Inclán, Blasco Ibáñez, etc. En estas tertulias conoce al que sería su amante, Ramón Gómez de la Serna, veinte años menor que ella, y al cuál le enseña y le abre camino en el mundo literario. En 1919, Colombine, es corresponsal de guerra en Marruecos y de la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose en la primera mujer corresponsal de guerra, viajando por los países en conflicto bélico, siendo protagonista, en primera persona, de lo que estaba ocurriendo en ellas.
Hizo de traductora dando a conocer importantes escritores europeos. Con afán viajero y literario, como escritora introduce pensamientos modernos y europeístas, y con firmeza defendió los derechos de la mujer, siendo la pionera en pedir el voto de la mujer y que Clara Campoamor, en la República, retoma. El divorcio en España también fue una de sus luchas.
Escribe varios libros sobre la mujer, y en su libro “La mujer Moderna y sus Derechos” nos cuenta la evolución de la mujer en España. Dice la escritora almeriense: “es necesario educar a España y educar a la mujer”, por lo que defiende un cambio radical en la educación española, tras estudiar los modelos educativos europeos: “Si los legisladores de la enseñanza fueran pedagogos y maestros, y contemplasen como yo, las caritas pálidas, los labios reveladores de anemia, los cuerpos flacos de las niñas comprenderían el cambio radical y necesario que se necesita”.
Feminista adelantada a su época, Carmen de Burgos Colombine, es un referente en la lucha por la igualdad de género, con más de 200 libros escritos, se declaró abiertamente republicana, y tras la Guerra Civil Española aparece en el noveno puesto, en una lista de escritores prohibidos por el franquismo en la que aparecía como única mujer, junto a Voltaire, Zola o Rousseau. Es una mujer que se implica con los más desfavorecidos y lucha también contra la pena de muerte. Mujer sensible, inteligente, comprometida, culta y leída que la censura más casposa aún se empeña en hacerla desaparecer.
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Carmen de Burgos, Colombine