Cataluña y la crisis verdadera

Los datos más recientes sobre las principales preocupaciones de los españoles que recoge el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) se retrotraen a la encuesta realizada el pasado diciembre. Ya en ella la preocupación por el tema de la independencia en Cataluña cayó con fuerza. Era uno de los tres principales problemas del país para el 16,7% de los españoles, ocho puntos menos que el mes anterior (cuando lo era para el 24,6%). El paro se mantuvo como principal preocupación y subió más de tres puntos la percepción sobre su importancia (66,8% frente a 65,1% en noviembre). La preocupación por la corrupción se mantuvo en algo más del 31% en los dos últimos meses de 2017. Ésta sigue estando en un sempiterno segundo puesto en la lista de inquietudes cuando se le pregunta a la ciudadanía por los tres principales problemas del país. Sin embargo, no sé ustedes, yo percibo un tratamiento de la ‘cuestión’ catalana sobredimensionado, quizá, en medios de comunicación; o, simplemente, forzado.

Importancia mediática Se le está dando mucha importancia mediática al tema catalán y está ocupando mucho espacio en prensa y minutos de opinión pública en telediarios e informativos radiofónicos abandonando otros temas sociales de importancia que preocupan mucho a la sociedad española. Creo que es algo planificado por parte de los poderes políticos y económicos de este país. Me refiero, por supuesto, al poder político conservador y a los medios de comunicación controlados por este poder, por supuesto. La intención es muy clara: quitar el foco a lo que de verdad importa. O, al menos, a lo que de verdad le importa a la gente y que afectará al futuro de este país en los próximos años.
Hay temas cruciales y trascendentales de los que no se habla o, si se ha hecho, no han estado más de 24 horas en las portadas de los diarios digitales o en los titulares de radio y televisión. Temas como el futuro de las pensiones, el desempleo juvenil, los retos del cambio climático, la robotización y mecanización de la vida laboral que va a robar muchas horas de trabajo. No escucho, no oigo, no leo a ningún miembro del partido que gobierna España afrontar los problemas que va a acarrear el mayor envejecimiento de la población. Tampoco he escuchado a nadie adelantarse al dilema de cómo cotizar las horas que la gran revolución tecnológica y de ingeniería industrial va a ‘robar’ a los trabajadores y trabajadoras en cuestión de una década. No deseo transmitir, ni mucho menos, que haya que restarle importancia a la grave crisis institucional con Cataluña. Pero es insultante que ésta tape todos los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad. Han tomado a Cataluña de excusa para colocar una sordina. Lo que no saben (o no quieren saber) los que ostentan el poder es que, pese a la sordina que le pongas a un instrumento para disminuir la intensidad del sonido, la música sigue saliendo.