En Almería hay un “bulle bulle” cultural muy interesante, fuera de la programación oficial, pudiendo encontrar, sorprendentemente, una gran cantidad de recitales poéticos al alcance de todos los gustos y horarios: Poesía en el Aula de Valente, las Dulces Tardes poéticas en la Dulce Alianza, Poeta de Guardia en La Oficina, Malaletra, Velorios poéticos, poesía en las bibliotecas municipales, en las librerías de barrio, en las aulas, en la playa, en las terraza de las amistades e incluso poesía en las redes sociales, y susurrada en los bancos por los enamorados y enamoradas. Os propongo observar y que descubráis lo que ya sabemos.
Los datos son claros en el estudio realizado por la Asociación Genialogías de mujeres poetas, entre las que se encuentran más de 60 autoras españolas y lationoamericanas como son: Noni Benegas, Concha García, Elsa López, Olvido García Valdés, Aurora Luque, Juana Castro, Chantal Maillard, Ángela Serna, Chus Pato, Ángeles Mora, Ana Rosetti, María Cinta Montagut o Julia Barella. No están todas las que son pero se han agrupado en esta asociación para tratar el déficit cultural de la presencia de las mujeres en la poesía. Los datos de este estudio, que ha sido editado por Ediciones Tigres de Papel y que se llama “Descubrir lo que se sabe (Estudio de Género en 48 premios de poesía)”, hablan por sí solos. Decía Nieves Álvarez, Vicepresidenta de Genialogías y miembro del Team Europe de la Comisión Europea, en la Librería “La Central” el pasado 25 de Enero en Madrid, que: “Hemos investigado un total de 48 premios de poesía, con dotaciones de más de 5.000 euros, convocados por entidades públicas, y apenas hay en ellos mujeres, ni siquiera en los jurados. En total, un poco más del 15%, y a veces siendo secretarias sin voto”. Junto a Nieves otras mujeres luminosas fueron tomando la palabra. La escritora Cristina Fallarás fue contundente: “Me gusta contar mujeres, porque os sorprendería la cantidad de veces que no hay ninguna en medios o publicaciones”. Y empezó a dar cifras, una detrás de otra, para que lo que ya sabíamos fuera tomando forma. Premio Cervantes: cuatro mujeres de cuarenta. Premio Nacional de Letras: tres de treinta y uno. Premio Nacional de Poesía: cuatro de treinta y ocho. Los resultados del estudio son contundentes: “solo un 17,5% de estos premios han sido concedidos a mujeres, los poetas varones han ganado el 82%, y la presencia de la mujer en los jurados se situó en el 15,82%, recordando como he dicho antes que la mayoría actúa como secretaria, con voz pero sin voto. Las mujeres poetas en España, a pesar de la Ley de Igualdad, están relegadas al olvido y no sólo por su acceso a premios o participación en los jurados, también por su visibilidad en los recitales poéticos. Y me pregunto: ¿es que las mujeres no escriben? Claro que escriben. “El desdén ante la poesía escrita por mujeres es un reflejo de la sociedad machista en la que vivimos”, comenta el escritor y presidente de la Asociación Colegial de Escritores (ACE) Manuel Rico. El machismo y la misoginia en la poesía es un hecho con cifras, no es un comentario de “feministas locas” como dice Nieves Álvarez. Es de justicia social e incumple la Ley de Igualdad Efectiva en los premios públicos de poesía española, ley del 2007 y que obliga a las instituciones públicas a proponer jurados paritarios. Decía Concepción Arenal: “La Sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano”. He tardado en escribir sobre esto, porque no había datos aunque lo sabíamos. Tenía razón el editor y amigo, Pepo Paz, de Bartleby Editores, cuando me dijo: “Vamos a ver la presentación del estudio sobre mujeres y feminismo que te gustará”. En los premios y en los recitales, allí están ellos, declamando, publicando, editando, premiando y premiados, y nosotras llenando los recitales para oírlos y leerlos.
No podemos obviar que hay mujeres en todos los campos en los que nos movemos. Mujeres que escriben, que piensan, que analizan e investigan. Mujeres que gestionan y emprenden. Mujeres artistas y mujeres que cultivan y pescan. Dice el poema Corazón de Ana Elena Pena: “Aquí mando yo, /desde que me levanto hasta que me acuesto. YO, /reina absoluta de mi propio reino /(ingobernable a veces) me castigo de vez en cuando /por insubordinada y rebelde, /me premio por fiel, /y me quemo por bruja.”
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