¡A la trinchera que viene Ciudadanos!

A por ellos!….Este soniquete se ha convertido en el leitmotiv de la estrategia del PP en su afán de dinamitar el ascenso en intención de voto que está experimentando Cs según los últimos sondeos demoscópicos. Cual batalla de Verdún, los más insignes representantes azules, día sí y otro también no dudan en saltar de la trinchera, amagar escaramuzas y de vuelta al abrigo de sus parapetos. Da igual el tema del que se trate el objetivo es cuestionar cuando no difamar sobre el posicionamiento ante cualquier asunto de nuestra formación naranja.
El “no todo vale” en cualquier ámbito de la vida es incuestionable. Señores del PP, “vale” ejercer sus obligaciones de gobierno en el tiempo que demandan los acontecimientos; “no vale’ sentarse a esperar años a ver si escampa, provocando que la tormenta Catalana se lleve por delante la libertad de muchos y gran parte de los recursos económicos de todos. “Vale” defender sus legítimos posicionamientos políticos;“no vale” inventar antagonismos con las fuerzas que  defienden sin matices nuestra Constitución. 
Señores del PP, “vale” prorrogar los Presupuestos Generales del Estado y gobernar a golpe de  Decretos, opción nada deseable; pero “no vale” diferir la responsabilidad de su aprobación a otros sin llegar a entender año y medio después algo tan simple como que gobiernan en minoría.
Señores miembros del partido en el Gobierno, “vale” limpiar con mucho retraso sus listas de corruptos y malversadores; “no vale” invitar a un grupo de expulsados y resentidos de Cs al Senado a difamar sobre presuntas actividades que no están siendo investigadas por ningún órgano judicial y que en su día quedaron más que aclaradas. Señores del PP, “vale” tratar a todos los pueblos de España en orden de igualdad; “no vale’ trato de favor con los nacionalismos, ni con el PNV ahora ni históricamente con la extinta CIU. 
Señores del PP, “vale” cumplir como hombres de palabra y honor con sus compromisos políticos adquiridos con Cs a cambio no solo de la formación de un gobierno sino lo más importante de cara a la unidad de España y a su estabilidad política y económica; “no vale” sin embargo el incumplimiento de la gran mayoría de ésas 150 medidas acordadas con Cs : Reforma electoral, eliminación de los aforamientos, revisión del estatuto de la RTVE, Consejo General del Poder Judicial y un largo ecétera.
Finalizado a modo de recordatorio el rosario de incumplimientos del PP que pone cada día más en entredicho nuestro “‘pacto”’, no queda más que hacer dos reflexiones. Primera: El cuerpo electoral de éste país atesora la suficiente madurez política como para discernir entre lo que es una estrategia de ataque a la desesperada, fruto de un desmesurado nerviosismo demoscópico y por otro lado, lo que es un  posicionamiento coherente, sereno y responsable que es el que mantiene Cs, que más allá de las encuestas sabe dónde está y adonde quiere llegar.
Segunda reflexión: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como por el silencio” (Cicerón). En Cs ni el silencio ni las trincheras forman parte de nuestro ADN.