Unos presupuestos para seguir creciendo

Miguel Ángel Castellón
01:11 • 07 abr. 2018

Nadie puede dudar de la importancia que la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado tiene para el conjunto de un país que, gracias al esfuerzo común, está consiguiendo salir de una profunda crisis alimentada por acción u omisión por un partido socialista que hoy aparta su responsabilidad y se atrinchera en la negación partidista.


Para Almería y su provincia los presupuestos presentados esta semana por el Gobierno de la Nación representan crecimiento económico, mayor protección social, inversión y creación de empleo. Son unas cuentas que van a mejorar las pensiones, las condiciones de los funcionarios, que van dirigidas a mejorar la renta de las familias y que permitirán bajar los impuestos a los salarios más modestos. ¡Qué a todos nos gustaría que se hiciera más!, indudablemente, pero no podemos olvidar de dónde venimos.


Para la capital incluyen además la posibilidad de avanzar en demandas históricas y proyectos transformadores, como la eliminación del paso a nivel de El Puche, el inicio de las obras del Corredor Mediterráneo entre Almería y Murcia, la prolongación de la A-92 hasta la ciudad o del Paseo Marítimo hasta el Andarax, y la rehabilitación de la antigua Estación del Ferrocarril, del Cable Inglés o del Hospital Provincial. Son unos presupuestos que cumplen lo comprometido con esta ciudad y que si no se ha hecho antes ha sido a consecuencia de la crítica situación económica que otros dejaron y de la que ahora que vamos saliendo parecen no acordarse.



En los últimos años se han recuperado 60.000 empleos que se destruyeron durante la crisis en nuestra provincia y la aprobación de los nuevos presupuestos permitirá seguir creando más puestos de trabajo. Pero el partido socialista sigue instalado en el “no es no” permanente y en un momento tan decisivo para el país en vez de tener sentido de Estado y negociar con el Gobierno los cambios presupuestarios que considere necesarios a cambio de su apoyo prefiere atrincherarse en el discurso victimista y el bloqueo institucional, aunque con ello perjudique a Almería, Andalucía y España. Triste, pero real como la vida misma.





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