Moody’s ha dado a conocer este sábado su nueva valoración sobre la calificación soberana de España: sube un peldaño, de Baa2 a Baa1, con perspectiva estable. Y justifica la decisión, que completa la subida de las otras dos grandes agencias de rating aunque todavía un peldaño por debajo de la de S&P y Fitch, con datos y argumentos sobre la evolución económica y política. Lo que dice es interesante. Lo que no dice, también.
En una nota informativa bastante prolija de 273 líneas y 2.389 palabras se menciona hasta siete veces la crisis catalana. Para bien, porque su escenario base en que ‘permanecerá como parte de España’. Para no tan bien, porque estima que seguirá habiendo jaleo. Para bien de nuevo, porque la economía se sobrepone al desafío independentista.
Da la impresión de que el texto se ha redactado en diferentes momentos, porque no acaba de ponerse de acuerdo en si la incertidumbre independentista sube o baja. Al alza, según este párrafo: ‘Más recientemente, el creciente sentimiento independentista aumentó la incertidumbre relativa a la eficacia de la las instituciones de Gobierno de España’. Moody’s no explica qué quiere decir con eso.
A la baja, varias menciones. Una: ‘La crisis política en Cataluña ha amainado algo y parece que hasta la fecha no ha causado ningún deterioro en el comportamiento económico o fiscal de España’. Otra, la frase textual citada antes: ‘Aunque esperamos que las tensiones políticas entre el Gobierno central y las fuerzas pro-independencia en Cataluña sigan elevadas en un futuro previsible, nuestro escenario base sigue siendo que Cataluña permanecerá como parte de España’.
También hay otras referencias y un parrafito final en el que la agencia de calificación se cura en salud con una alusión a una hipotética ‘creciente probabilidad de que Cataluña se separara de España’, aunque eso es ‘altamente improbable en estos momentos’.
Tanta atención al forúnculo del separatismo converge en uno de los razonamientos clave para justificar la subida de ráting: ‘El elemento clave para la acción de hoy es el criterio de Moody’s de que las mejoras en el perfil crediticio de España que han emergido recientemente, en particular la reforzada resistencia económica debido a un creciente equilibrio del crecimiento y a la mejoría de los fundamentales del sector bancario contrarrestan ahora el freno de los factores político/institucionales’.
Y en efecto, el crecimiento del PIB durante 16 trimestres consecutivos y el vuelco que se ha dado desde el rescate de las Cajas en 2012 al sólido sector bancario son los dos pilares en que se asienta la decisión de Moody’s. El haber crecido por encima del 3% los últimos tres años ‘no es en sí mismo particularmente relevante para el ráting, pero ha revelado hasta dónde ha cambiado la estructura de la economía española’.
Como dato fundamental, el haber bajado de niveles de déficit por cuenta corriente de hasta el 9,6% a superávits en torno al 1,7%-1,8% ‘durante los próximos años’. Y en cuanto a la otra pata, la reestructuración y fortaleza actual del sector bancario permite eliminarlo como factor de riesgo.
La nota de Moody’s, como siempre en estos casos, también expone sus peros como orientación para futuras evaluaciones. España sigue con una deuda pública muy alta ‘y probablemente va a seguir así muchos años’. Y aunque el déficit público nominal ha caído y también va a continuar, ‘la posición fiscal estructural se ha debilitado, y de acuerdo con la Comisión Europea, ha vuelto a niveles de 2012’.
A la hora de alertar sobre lo que haría subir la calificación, la agencia dice que será crucial ‘el compromiso del Gobierno con más cambios fiscales y económicos que ‘normalmente se identifican como precondiciones para par una caída real y sostenida del peso de la deuda’. Por el contrario, se podrá esperar una bajada de ráting en el caso de que se revoquen las reformas, en especial la de las pensiones y la del mercado laboral.
Y aquí está la solapada apuesta política de Moody’s. Una apuesta entendida en el sentido de estimación o pronóstico de por dónde van a ir los tiros, los votos. Sin hablar de derecha, ni de centro, ni de izquierda, y sin mencionar a ningún partido, Moody’s viene a decir que cree que no van a ganar ni el PSOE ni Podemos. Son consideraciones que apuestan por el continuismo de una u otra forma. Como cuando subraya que la perspectiva estable del ráting se debe a que no se prevén reformas ‘a medio plazo’. Es la apuesta por que no se va a dar marcha atrás en la política económica.
¿Cuánto es ‘a medio plazo’? No son unos cuantos meses, sino años, supuestamente más allá de las elecciones de 2019. Así lo expresa la nota: ‘No creemos que los desafíos actuales del Gobierno, o la perspectiva de elecciones regionales y potencialmente también generales’, vayan a suponer ‘un notable cambio negativo en los próximos años’. Y lo repite dos veces. Por eso Moody’s opina que aunque se va a ralentizar el crecimiento, podrá mantenerse en tasas del 1,5%-2%.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/149994/espana-seguira-creciendo-pero-menos-y-no-gobernara-la-izquierda