El cuarto mandamiento

‘La manada’ ha sido alimentada con la carroña que conforman sentencias inhumanas cuando se juzga la violencia contra las mujeres. Y la otra manada, las de las hembras heridas de indignación y rabia ruge en las calles de Almería y en las de todo el país en la tarde del 26 de abril, mientras vamos a buscar a Cristina Fallarás a su hotel. Comienza la Feria del Libro  2018 de nuestra ciudad. Presentamos su nueva novela, ‘Honrarás a tu padre y a tu madre’ (Anagrama, 2018), a través del programa del Centro Andaluz de las Letras. Cuando la encontramos, su móvil echa humo. Todos los medios de comunicación le piden opinión sobre la sentencia de cartón-piedra que dulcifica la violación con argumentos de director de película porno, que son los que imperan en las mentes de muchos de los que tienen la responsabilidad de impartir justicia. Y otra vez nos toca apretar los dientes.

Y la Cristina en carne y hueso es tan de verdad como la que conocemos dando caña en las tertulias. Espontánea, culta, rápida… herida.  Llegamos a la Plaza de la Catedral y comienza su discurso ante nuestro regocijo, con un aforo donde faltan sillas.

La Cristina mediática 

Cristina Fallarás (Zaragoza, 1968). Estudia Periodismo en la Universidad  Autónoma de Barcelona, ciudad donde ha vivido durante treinta años, ejerciendo como periodista para medios tales como: ‘El Mundo’, ‘El Periódico’, ‘ADN’, Cadena Ser, Radio 4. También es colaboradora habitual de programas televisivos con Cuatro, La Sexta, Antena  y Telecinco. Hace tres años que vive en Madrid para poder aspirar a una vida familiar compatible con el hecho de tener cinco trabajos.

Como escritora ha publicado varios libros entre los que podemos destacan algunas novelas como: ‘Las niñas perdidas’ (2011), galardonada con el premio internacional de novela negra L’H Confidencial o  ‘Crónica de un desahucio’ (2013).  Cristina es una persona comprometida y en consecuencia inconformista, reivindicativa con el entorno social que le ha tocado vivir en cada momento, con un estilo punk que se pega cuando se le escucha en directo, y que a mí particularmente me encandila.

¿Qué significa ‘honrarás’? “Me llamo Cristina y he salido a buscar a mis muertos. Caminando. Buscar a mis muertos para no matarme yo. ¿Para vivir? No estoy segura. Convocarlos, dialogar con mis muertos”. 

Así comienza una historia novelada que desde la biografía de la propia autora, intenta retratar la verdad del gran sufrimiento heredado en este país, el cual se cimenta en el silencio que sepulta a los muertos de las cunetas de la Guerra Civil, todavía hoy, en la España del siglo XXI. 

Con un  formato maravilloso, denso, sin extenderse más de lo necesario, ilustrado con fotografías reales que ponen cara a sus ancestros, desgrana su propia biografía, la historia de Cristina Fallarás, pero que podría ser la de cualquiera de nosotros con todos los matices que seamos capaces de aportar. El tránsito como lectora/or por sus páginas, además constituye un deleite. Y la culpa la tiene el ejercicio de su cuidada narrativa poética puesta al servicio del sufrimiento. Tener una cara en blanco  en tu infancia, la del padre de tu padre, es algo que casi todos podríamos decir que hemos vivido. Pero si ese hueco obedece al fusilamiento de un hombre bueno, honrado y para colmo de males confundido con su propio padre, frente a la tapia de un cementerio un 5 de diciembre del 36 en Zaragoza… y si uno de los asesinos además fue tu otro abuelo, ese al que amas desde tu infancia porque te has criado en su casa… entonces… entonces la cosa cambia radicalmente… viene el desgarro.  

“Con el frío que hace en Zaragoza en diciembre”, musita Cristina entre su discurso, como intentando echar un manta sobre el pobre Felix El Chico, tramoyista de teatro.

Y puesta de pie, con su estilo contundente, nos desmenuza su ira de veinticinco años conviviendo con los sentimientos cancerígenos que supone la ambivalencia de sentirse obligada a tomar partido entre el amor y la razón.

Transmisión del trauma

En su discurso va trenzando su árbol genealógico ante sus propios descubrimientos, mezclando la actualidad como solo sabe hacer una cronista política, que encuentra el tiempo de escritura arrancado a bocados a todo lo demás.  Pero la necesidad de seguir por la vida mutando por dentro y por fuera manda.  Herida, sí, pero muy viva.  Esta reflexión le ha llevado toda su existencia de adulta. La redacción de ‘Honrarás a tu padre y a tu madre’ le ha ocupado tan solo tres meses de llenar cuadernos escritos a mano entre aviones y trenes. 

“Tenemos la obligación de cortar con la Transmisión Generacional del Trauma de la Violencia Política, que se estudia en todos los países del mundo desde todos los ámbitos, porque en todos ha habido genocidios. España es el único país del mundo que silencia su propio trauma. ¿Por qué? Las cosas, lo que sucede merece nombrarse, debe nombrarse”. 

“El silencio contagia, atraviesa generaciones y fermenta. Esta es una historia en descomposición, contada para permanecer… He salido a encontrarme con mis muertos. Andar como la única forma de recuperar la humanidad. Ahora ya no tengo miedo. Apártense los vivos”.

Gracias, Cristina Fallarás, por venir hasta a Almería para mostrarnos tu herida sangrante, que es la nuestra.