Estrategia sinfónica en el Pingurucho

La estrategia sinfónica del PSOE para hacer del llamado Pingurucho un material combustible en la hoguera de las polémicas municipales, comenzó con un adagio historicista sobre la epopeya de Los Coloraos y el logro notable de su erección. Ved aquí, oh almerienses, el enhiesto surtidor de sombra y sueños que os hemos plantado otra vez aquí y lo bien que le sienta al conjunto de la Plaza Vieja. Cumplimos de este modo el designio inalterable de los tiempos, etcétera. Y a esa obertura le está siguiendo un segundo movimiento que pretende explicar, allegro ma non troppo, la inconveniencia de su traslado en el coste económico de la operación. Que si es muy caro, que si hay otras prioridades, etcétera. Así es el patrón de los grandes éxitos musicales del PSOE: repetir lo mismo de siempre, pero ahora con el apoyo de las nuevas tecnologías. Si a los cuatro de ABBA les ha funcionado, a ver por qué no les va a servir también a ellas y ellos. Y ya puestos a diseñar un éxito que entre con fuerza en los superventas, a lo mejor deberían seguir explorando la veta económica para detallar también -eso sería la monda- cómo fue eso de la “suscripción popular” y si el bolsillo de los ciudadanos almerienses estuvo generoso o si hubo empresarios del mármol que recibieron alguna invitación de esas que nadie puede rechazar, o si al final el dinero tuvo que salir de donde suele salir en estos casos. Pero eso a lo mejor no tiene tirón entre el gran público porque las facturas y la memoria no siempre tienen buen encaje sonoro. Lo suyo sería, lo digo por simplificar las cosas, que nos aclaren cómo es eso de estar protestando ahora por algo (el traslado del Pingurucho y la eliminación del arbolado) que figuraba de un modo primorosamente explícito en el Plan Original presentado con grandes muestras de satisfacción entre Junta de Andalucía, PSOE e IU. Si consiguieran explicar eso, aunque fuera despacito, podrían pegar un pelotazo en las listas. En las musicales y vaya usted a saber si en alguna otra también.