Crece el número de analfabetos

El oleaje de la actualidad almeriense nos deja en la orilla informativa noticias tan inquietantes como una medusa fría sobre la arena. Me refiero, por ejemplo, al último informe del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, que explica que en Almería hay cada vez más analfabetos. Y aunque a usted le parezca un hecho de otro lugar o de otro tiempo, en la actualidad casi seis de cada cien almerienses tienen dificultades para leer y escribir y, por sorprendente que parezca, el número de personas sin alfabetizar en Almería ha crecido en los últimos dos años superando ya las 26.000 personas. Naturalmente, estos datos no entran al obrador de confitería de la Junta del que sale su habitual relato, tan sobrecargado de mieles y esencias.

Pero estoy seguro de que, llegado el caso, el delegado o delegada de turno sabría explicar con aplomo esta situación, detallando lo bien que están las cosas y lo estupendamente que lo hacen ellas y ellos. Sin ir más lejos, la máxima responsable de la Junta en Almería decía hace unos días que ella “no veía tan mal” eso de las aulas prefabricadas y poco después inauguraban ¡con un año de retraso! un instituto en El Toyo, faltando poco para que el 112 tuviera que atender a los cargos públicos del PSOE por erosiones en las palmas de las manos de tanto como aplaudieron para festejar semejante demostración de eficacia.

Pero el caso es que llevamos casi cuarenta años de gestión educativa imparable, transversal, integradora y todos los perejiles que quieran ustedes ponerle, pero Andalucía sigue rivalizando con Extremadura por ser la comunidad autónoma española con mayor porcentaje de analfabetismo: 4,5% nosotros y 4,9% ellos. Y esa lamentable realidad es incompatible con esa zona de confort del éxito por decreto en la que se ha instalado la Junta. Si dedicasen a hacer colegios y a mejorar el sueldo de los maestros el dinero que dedican al autobombo y la propaganda, estoy seguro de que estos porcentajes de analfabetismo serían menos infames.