Cantoria, la coacción y el chantaje a la hora de hacer política

Juan Torrijos
00:02 • 04 may. 2018

Se entiende el enfado de doña Purificación Sánchez, alcaldesa de Cantoria, con la diputación provincial y su presidente, Gabriel Amat, al que acusa de haber pasado de la deslealtad a la mentira, por el traslado de un centro provincial de su pueblo al de Macael. No es bueno perder servicios en el municipio, y menos cuando ello se produce por cuestiones políticas. Tiene razón doña Puri, sienta como una coz en las partes más blandas del cuerpo. Lo que ya no entiendo mucho es que la respuesta sea el chantaje y la coacción. Lo único que consigue la señora alcaldesa es ponerse a la misma altura de a los que dice criticar. Si me quitas el caramelo, te quito todos los pasteles que te llevas del pueblo. ¡Cómo niños! A lo largo de los últimos años se han producido cambios y mudanzas en nuestros pueblos, se han perdido cuarteles de la Guardia Civil, se han centralizado servicios médicos, se han montado los chiringuitos de las mancomunidades que han beneficiado o han perjudicado a pueblos; con la excusa de la comarcalización se han redistribuido servicios y organismos. En definitiva, cada administración ha intentado reorganizar los servicios que presta a los ciudadanos, en este caso en la provincia. Lo hizo el PSOE mientras mandaba en Diputación, lo sigue haciendo la Junta y lo hace el PP en estos tiempos desde la institución provincial. La acusación que se le hace a Gabriel es que beneficia a los pueblos gobernados por el PP, y en eso se puede estar de acuerdo, pero hay que probarlo con hechos, no con bravatas, amenazas y coacciones. Cuando hace 30 años el entonces presidente de la Diputación decidió ubicar el centro en Cantoria, ¿qué criterio uso? ¿Quizás que el pueblo tenía alcalde socialista? Supongo que algún alcalde del PP amenazaría, coaccionaría a la Diputación lo mismo que está haciendo usted ahora, y es que cuando el centro  estaba en Cantoria se estaba perjudicando a otro pueblo. ¿Entonces no era así?


Que usted defienda a su pueblo es de admirar y de elogiar, que para ello tenga que acudir a la amenaza ya no lo es tanto. No sé sí los servicios que les presta Diputación suponen un beneficio para los vecinos, es de imaginar que así es, porque en caso contrario estaría usted engañando y timando a los mismos. ¿Y quiere quitarles ese beneficio por un ataque de celos?







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