Plata o plomo en Carboneras

El viejo debate entre la eficiencia y la eficacia está viviendo estos días en Carboneras uno de sus momentos más intensos, a raíz del pintoresco y fortuito empleo de un reconocido criminal como recurso de promoción turística de la bella localidad almeriense. Les imagino al tanto del episodio, pero se lo resumo al que llegue ahora. El concejal de Turismo de la localidad, Pascual Díaz, compartió a través de su perfil personal de Facebook un par de vídeos de un tipo que tiene millones de seguidores en las redes sociales en los que, desde Colombia, se deshacía en elogios sobre el pueblo: que si sus playas, que si su gente, que si su pescado, que si todo el mundo debería conocer Carboneras y en ese plan. El concejal de Turismo debió verlo claro: millones de impactos publicitarios en la red a coste cero no podía ser mal negocio. Pero el bueno de Pascual, que tiene un bar en el pueblo, no sabía quién era el tipo que, gracias a la gestión de un amigo, le había enviado esos videos. Y resultó que el cantor colombiano de las virtudes de Carboneras no era un primo de Shakira, sino  un sicario del cártel de Medellín que se había labrado una fama temible en el siempre competitivo mundo del narcotráfico, a las órdenes del sanguinario Pablo Escobar. Y aunque al concejal no le hubiera resultado difícil adivinar el pelaje del fulano, ya que en el video se presentaba como un “asesino de confianza” (sic.), debemos volver al debate entre eficiencia y eficacia. ¿Plata o plomo? Pues depende. Si juzgamos la relación entre los recursos y los logros, que así es como se mide la eficiencia, quizás veamos impedimentos éticos que anulen el criterio de eficiencia. Ahora bien, si lo que juzgamos es la capacidad de alcanzar objetivos, que es la medida de la eficacia, no hay duda de que Pascual es el concejal de Turismo más eficaz de la historia del pueblecico, muy por encima de mitos, curas y leyendas. Ni campañas, ni folletos, ni fitures. Pascual es el nuevo Patrón del Turismo en Carboneras.