Conocer la historia es comprender la vida

Reflexionando sobre los cimientos de nuestra vida actual, me viene a la memoria la célebre frase del filósofo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias” porque efectivamente vivimos en un tiempo y en un lugar con los condicionamientos que ello conlleva y, a la vez, venimos de unas circunstancias históricas que han marcado nuestra propia identidad. Con esto, queridos lectores de Almería en el Tiempo, queremos plantear la necesidad de estudiar historia porque sirve para enfrentarnos a nuestro mundo con la lucidez de saber por qué es así, es decir, de dónde venimos, quiénes somos y a dónde queremos llegar. 

El mundo de hoy es el resultado de la larga marcha de la humanidad desde la prehistoria y, por tanto, quien no conoce su historia está condenado a repetirla y los que la conocemos un poquito también estamos en riesgo ante la irracionalidad de los que la ignoran. Si estudiamos  la Historia de España estoy seguro de que evitaremos, a través del diálogo y huyendo de los extremos, repetir los trágicos enfrentamientos entre españoles de aquella incivil guerra. La Historia es inseparable de la vida cotidiana porque sus protagonistas somos todos, los de ayer y los de hoy. Es urgente extender el conocimiento histórico porque la historia, desde la escuela, es una ciencia que contribuye a la formación social y ciudadana. 

Si nuestros jóvenes salen del Colegio sin una formación histórica, ¿Cómo queremos que luego sean ciudadanos que sepan lo que van a votar? Una mayor presencia de la historia en los planes educativos puede evitar la cada vez más peligrosa hegemonía tecnocrática. Los alumnos deben aprender que el proceso evolutivo es complejo y deben comprender que el mundo que ven no es un dato inmutable, sino la consecuencia de un desarrollo lento y nada rectilíneo. Si no somos a la vez conscientes de estar en medio del camino, de que somos quienes somos por la carga de la historia que nos ha hecho a todos, si no comprendemos esto, actuaremos a ciegas en la vida y acabaremos por perder el control de nuestros propios actos cayendo en manos del populismo y la violencia. 

Sin previsión la vida se haría imposible y toda previsión se basa en una experiencia histórica. Planificación y previsión son instrumentos básicos porque si un pueblo no ha comprendido su pasado y no sabe cómo y por qué ha llegado a ser lo que es, ese pueblo no podrá prever ni plantar cara al futuro.

En definitiva, la historia sirve para  conocer lo que se puede hacer.