Miedo

Dijo el historiador Tito Livio que “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”. Menos mal que, aunque esto lo saben muy bien en el PP y lo utilizan constantemente, y con mayor intensidad por la moción de censura, la gente ya no se lo traga, y se revelan ante el insulto a la inteligencia colectiva, como cuando el diputado popular almeriense Juan José Matarí afirmó que “La censura pone en riesgo las inversiones ya decididas en el AVE”, menos mal que recordamos que el AVE se paralizó por Rajoy hace 2.114 días. Para colmo, el miedo del alcalde a contrariar a Rajoy nos lleva a quedarnos sin tren mientras se realicen las obras del Paso a nivel de El Puche.

Qué terrible es el miedo, el que parece acompañarnos desde que recordamos tener recuerdos, el miedo que nos acobarda y no nos deja ser como quisiéramos, el mismo que deben tener quienes se manifestaron en La Línea de la Concepción contra la asfixiante situación no solucionada que soportan con el narcotráfico; ese miedo con el que viven tantos seres humanos tratando de llegar a nuestras costas, como ayer en el Mar de Alborán, maltratados por el PP, pero que no es mayor que el que sienten en sus lugares de origen sin poder ofrecer un futuro esperanzador a los suyos. Qué terrible es el miedo, ese sobre el que edificamos nuestras conductas y nos lleva a mirar con recelo al diferente, convirtiéndose en amenaza. Pero qué terrible es el miedo, miedo a equivocarse, a destacar, a la muerte, a la soledad, miedo a ceder, a dar libertad, miedo a comprometernos, miedo a toparnos con la realidad, y hasta el miedo a tener miedo.

Confiemos en que el miedo no se apodere del nuevo Gobierno de España, y ayude a que desaparezca el miedo al aumento desmedido de las desigualdades, fruto de las políticas del único que antes de ayer demostró tener miedo, Rajoy. Muchos esperan hoy, no con miedo, sino esperanzados, cambios importantes con diálogo político, sí, pero sin concesiones a quienes no tienen miedo a la ley.