Por entendido damos que el Diablo político en el Congreso se ha encarnado en una amalgama conformada por populistas, independentistas, nacionalistas y amigos de ETA. El Diablo, maestro en provocar pecaminosas actitudes, lo es sobre todo alimentando la soberbia como manifestación exagerada de enfado ante una adversidad.
El otro pactante, el Sr. Sánchez, sufrió en su día una gran contrariedad al verse apeado de la primera línea política por sus propios correligionarios y su gesto de soberbia y desmedida ambición lo pagaremos todos los españoles, porque ante cualquier acuerdo con el Diablo, siempre ganará éste.
Ganarán los Populistas, dispuestos a fulminar la recuperación económica con políticas suicidas donde el techo de gasto es materia prescindible; los Independentistas encabezados por el Sr. Torra, para los que la igualdad entre los españoles y la unidad de España nunca estará en su hoja de ruta, en cambio sí lo está el declarar al Rey “persona non grata”; ganarán también los Nacionalistas, siempre dispuestos a vender sus lealtades a cambio de prebendas monetarias y por último los amigos de los etarras que aún hablan del “conflicto vasco” pidiendo igual trato para víctimas y asesinos.
El Sr. Sánchez en 2015, manifestó que jamás alcanzaría el poder apoyándose en los independentistas y ya vemos cuan tentador llega a ser el Maligno. Su propósito era evitar a toda costa unas elecciones para mediante la moción de censura atrincherarse en Moncloa, valiéndose de inconfesables promesas que habrá de cumplir.
Lo triste de la situación es que para su cumplimiento tendrá que promover, entre otras cuestiones, una subida de impuestos sin precedentes. ¿Cómo si no, va a hacer frente a la eliminación del copago farmacéutico? ¿Cómo si no, va a afrontar una sanidad universal sin restricciones como la del abuso del turismo sanitario?... Y así un largo etcétera.
El gobierno se está convirtiendo en adalid de la improvisación. Anuncios como el del acercamiento de los políticos golpistas a cárceles catalanas, dan una idea de su entreguismo. Sorprenden las manifestaciones de la Ministra de Política Territorial la Sra. Batet, sugiriendo la posibilidad de revisión del Estatut del 2010 de Cataluña para recuperar parte del contenido que fue anulado o reinterpretado por el Tribunal Constitucional y no contenta con eso dice que la Constitución Española no representa a la mayoría del pueblo español; me niego siquiera a comentar, solo expongo.
Algunas medidas promocionadas por Podemos está dispuesto el Gobierno Socialista a hacer suyas como la posibilidad de fijar la edad de jubilación a los 61 años y la Ley de Aguas que plantea el fin de los trasvases. Esto si lo voy a comentar: “Disparate”.
Frente a esto, Cs plantea que hace falta una oposición fuerte que ofrezca un proyecto alternativo y que controle las concesiones del Gobierno a Torra y a sus socios y en que la salida para sacar del poder a quienes han entrado por la puerta de atrás es “votando” y haciéndolo ya, no esperando a 2020 como otra de las mentiras del Sr. Sánchez.
Nuestra propuesta de fijar un mínimo de votos a nivel nacional del 3% para tener representación en el Congreso, ha alarmado a algunos, entre otros a los que teniendo un 0,7% de representación y valiéndose de 5 diputados, han decidido en nombre de muchos millones de españoles. Esta propuesta se enmarca en la necesidad de una reforma urgente de la Ley Electoral que garantice las listas abiertas y la eliminación del voto rogado, dando respuesta eficaz a los métodos del bipartidismo decadente.
Cs estará al frente para defender que la clase media y trabajadora no vuelva a ser la machacada; porque nada es gratis y en consecuencia no apoyaremos ninguna subida de impuestos porque ya demasiados esfuerzos ha costado reducirlos. No queremos una España de Zapatero II ni que el Diablo sirviéndose de su astucia se salga con la suya.
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