Jaque mate al secesionismo: ‘Cataluña nunca fue un Estado soberano’

Ignacio Aranguren
07:00 • 15 jul. 2018

El pró­ximo 21 de agosto sale a las li­bre­rías un libro re­ve­lador que ya se puede com­prar por an­ti­ci­pado. Es la pri­mera in­ves­ti­ga­ción cien­tí­fica com­pa­ra­tiva sobre Escocia y Cataluña. Para pre­cisar más, sobre los se­pa­ra­tismos en ambos te­rri­to­rios. La obra, edi­tada por Yale University Press, ya se puede en­cargar en Amazon. Cuesta 30 dó­lares en pa­pel, un cen­tavo menos en CD como au­dio­li­bro. En Reino Unido son 20 li­bras.


Título: ‘Scots and Catalans: Union and Disunion’. En 360 páginas, el historiador y conocido hispanista John H. Elliott trata de poner orden en el embrollo. Tanto en el escocés, más conocido y menos dramático, como en el catalán, tan ruidoso estos últimos tiempos. Elliott, Premio Príncipe de Asturias en 1996 por su contribución a las ciencias sociales, posee el tratamiento de Sir otorgado por la Corona británica en reconocimiento a una vida dedicada al estudio.


Y a la enseñanza. Sobre todo eso. Entre sus obras anteriores destacan ‘La rebelión de los catalanes’, ‘La España Imperial 1469-1963’, ‘El Conde-Duque de Olivares’, ‘España y su mundo’, ‘Un palacio para el Rey: el Buen Retiro y la corte de Felipe IV’, ‘El Atlántico español y el Atlántico luso’, ’España, Europa y el mundo de ultramar 1500-1800’ y ‘La Europa dividida 1559-1598’. Eso para empezar. Hay mucho más en la pluma de este veterano profesor emérito de Oxford, Cambridge y Princeton. Y con más de una docena de cátedras honoris causa en Reino Unido, España, EEUU e Italia.



Más allá del fallo El libro de Sir John va más va más allá del fallo, nunca mejor dicho, de los tres jueces del land de Schlewig-Holstein que se han permitido el lujo incluso de entrar en la mente de Puigdemont para decir que el referéndum ilegal, la desobediencia al Tribunal Constitucional, la violación de la propia Constitución y la declaración de independencia no eran para él más que ‘un preludio de las negociaciones’ con el Estado.


También va mucho más allá de esos magistrados que primero negaron la extradición en abril en cosa de horas sin saber español para analizar la euroorden del juez Llarena. Y que se han superado ahora al firmar su resolución sólo días después de recibir más de 2.000 folios de nueva documentación y 16 gigabytes de datos y video. En español, o sea, sin contar con el tiempo necesario para la traducción.



El libro sobre la historia independentista escocesa y catalana va por fin más allá de lo que los separatistas ven como vindicación y otros interpretan como un mero paso intermedio. El fallo de los tres jueces sólo significa que los separatistas han ganado ‘por ahora’, como ha recalcado algún experto. Por delante queda el horizonte de si la Justicia alemana y la europea van a avalar un golpe de Estado que abra el melón a otros.


No. La obra de Elliott dice todo lo contrario de lo que parece decir. No es que unifique la historia del independentismo escocés con la del catalán. Es que la separa de la forma más aséptica: demuestra que no se parecen en nada. Y lo hace con hechos, documentos, cifras, datos, fechas. Con buen tino, algunas recensiones en la prensa británica destacan esas diferencias.



Por ejemplo, la revista The Economist en el número que sale a la venta este sábado. En un artículo de crítica literaria titulado ‘El canto de sirena del separatismo’, desmonta de raíz el mito de que Cataluña ya era Cataluña cuando ni España era todavía España. No es la primera vez: Sir John ha explicado anteriormente cómo en estos años desde la Transición se falsea la historia en las escuelas catalanas. Elegantemente, no lo llama adoctrinamiento, pero a ver qué otra cosa es.


El concepto El concepto viene en el libro de nuevo, pero de otra forma. Con una frase definitiva que debería disipar cualquier duda y acabar toda discusión y que subraya The Economist: ‘Al contrario de Escocia y en contradicción a la actual propaganda separatista, Cataluña ‘nunca había sido un Estado soberano independiente en ninguna definición moderna del término’. Y en todo caso, Cataluña fue Aragón, como todo el mundo sabe, en lo que Sir John anteriormente bautizó como ‘monarquías compuestas’, tanto en Reino Unido como en España.


El desmoronamiento de la falacia lo remacha Donald MacRaild, profesor de la Universidad de Roehampton, en otro artículo sobre el libro de Elliott en el semanario The Times Higher Education. Para él, el ‘fascinante y oportuno’ libro del profesor de Oxford, dadas las circunstancias, deja meridianamente claro algunas similitudes en la historia de Cataluña y de Escocia por matrimonios de la realeza en los siglos XV y XVI, pero sobre todo una divergencia básica: ‘Cataluña nunca fue un Estado, y Escocia sí’.


MacRaild llama la atención sobre otro hecho comprobado de los secesionismos: no sirve de nada que Escocia y Cataluña tengan autonomía, porque ya se sabe que ‘el autogobierno tiende a fortalecer más que a debilitar el nacionalismo interno’.


También lo destaca The Economist: ‘Con la restauración de la democracia, Cataluña logró el autogobierno que había sido siempre el límite de su ambición política. Eso llegaría en Escocia en 1999. Pero en ninguno de los dos casos esa autonomía sació los apetitos nacionalistas’.


La revista de la City es algo más crítica. No con el libro, al que considera ‘una historia comparativa imparcial’, sino con los independentistas. Sobre todo con los del ‘procés’ catalán. Al fin y al cabo, los escoceses siguieron todas las normas dentro de la ley para su referéndum en 2014. En cambio, el 1-O fue ‘ilegal’ y no cabe en la legislación actual un referéndum para romper España. El libro de Sir John, añade, ‘es una elegante corrección’ a las distorsiones históricas de los nacionalistas catalanes y su ‘explotación del pasado mitológico’.


Hay por delante un sombrío panorama para los separatistas del ‘procés’ que hoy se regodean por el fallo del tribunal alemán. En palabras de Elliott, ‘una sociedad abierta, próspera y amigable, totalmente vinculada al resto de España y del mundo..., pero metida en sí misma y que empieza desgarrarse’.


CapitalMadrid.com


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