Dice la Física clásica que un cuerpo está en “equilibrio inestable” cuando al ser retirado de su posición inicial se mantiene alejado de ella por efecto de la gravedad. Es ejemplo recurrente el bastón que sujetamos con la mano en posición inicial y al soltarlo cae indefectiblemente al suelo. Adjudiquemos protagonistas en este empirismo; el gobierno es el bastón; en cuanto a la mano o zarpa que sujeta dicho bastón desde el 1 de Junio, es la integrada por populistas, separatistas y nacionalistas. Este es el peligroso “equilibrio inestable” que presenta la política nacional.
Se habla de que Sánchez no puede afrontar la renta impuesta por los de la zarpa por la ocupación de Moncloa y que tiene que convocar elecciones antes del desahucio o antes de que el bastón caiga al suelo sufriendo muescas de difícil reparación. Situación factible. También lo es que los de la zarpa hagan amagos de soltar el bastón y tengan en vilo al Sr. Sánchez hasta el 2020, siendo ellos los que realmente agoten la legislatura.
Prontas elecciones derivarían sin duda en gobierno bicolor. Azul, rojo y naranja, cualquier combinación entre ellos es posible o probable. Populistas, separatistas y nacionalistas, son conscientes de que hoy su influencia no es decisiva. El escenario de convocatoria electoral no es el de una moción de censura. Ellos necesitan tiempo de acomodo y empoderamiento o bien tensar la cuerda hasta su rotura si es necesario y ya sabemos, a río revuelto…
Recordar que el defenestrado Rajoy tuvo sobre su mesa en la tarde del jueves 24 de mayo el Decreto de Disolución del Parlamento que hubiese conducido a unas elecciones generales y optó sin embargo por poner alfombra roja a los pies del Sr. Sánchez en la escalinata de la Moncloa. Pesó más su orgullo que el bien de España. En cuanto al llamado “Congreso Refundacional” del PP; aun teniendo formada opinión, no emito juicio de valor alguno: “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”. Ahora bien, una vez traspasado el umbral del hogar, ya sí me siento obligado a opinar. Realizo esfuerzo de síntesis y digo que el Sr. Casado pretende convertir al “nuevo PP” en marca blanca de Cs; qué paradoja después de todo lo dicho en el sentido inverso. Atienda usted, Sr. Casado, nuevo presidente del PP de siempre; siquiera para ser la marca blanca de Cs, su partido tendría que dar un giro de tal magnitud hacia el centro liberal y progresista, que es lo que mi partido abandera, que su flamante PP descarrilaría antes de ponerse en marcha.
Por otro lado, conocemos las virtudes del Sr. Sánchez, maestro del donde dije digo, digo diego. Ese que prepara, entre reducción de deducciones fiscales y ampliación de conceptos y cargas impositivas, un saqueo al bolsillo de los españoles de 32.000 millones de euros. Elevar las cotizaciones de los autónomos; incrementar el impuesto de sociedades; la creación de un nuevo impuesto a la banca y a las transacciones financieras; subir el impuesto al diésel y generalizar a nivel estatal el impuesto de sucesiones y donaciones; son algunos de los regalos que nos prepara el gobierno del PSOE. Me habrán de perdonar, pero en este punto no puedo evitar acordarme del Sr. Rajoy. “Rajoy de mi vida” como diría el genial José Antonio Camacho.
Sobrepuesto del enfado, volvamos a nuestro sencillo recordatorio de Física clásica, abordando la definición de “equilibrio indiferente”: Cuando un cuerpo, a pesar de ser movido se mantiene en equilibrio en cualquier posición, podemos decir que dicho cuerpo goza de un “equilibrio indiferente”. Un ejemplo claro sería una rueda en su eje. Llegado a este término, Cs siempre apostará por una “política de equilibrio indiferente” desde el punto de vista de la Física clásica; donde la rueda sea la aplicación de medidas de igualdad para todos los españoles y el eje que la sustenta no sea otro que el exquisito cumplimiento del ordenamiento constitucional vigente.
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