Desde su atalaya en la Generalitat, Quim Torra llama los catalanes (¿a cuales, a los de las listas de espera?) a grandes sacrificios si quieren conseguir la independencia plena, pero la independencia, si no es plena para todos, no es independencia.
“Eux ne cherchaient guere à comprendre” (reclutamiento para la Gran Guerra). “…a comprender lo que ocurriría a su alrededor en la vida, apenas percibían que el delirio había aumentado en tales proporciones que decididamente no podían basar su existencia en nada estable”.
Sandrine Morel, corresponsal de Le Monde, describe en el “Huracán Catalán” con inteligencia y frialdad el desarrollo del independentismo. No es entusiasta, sino crítica, como lo fue Céline frente al nacionalismo desbordado provocado por la Gran Guerra.
Morel testifica la indignación de un alto dignatario de la Generalitat: “ante mi escepticismo considera que estoy siendo demasiado crítica con el independentismo y me suelta una frase que me deja helada”: “si compramos dos páginas de publicidad en Le Monde escribirás lo que tus jefes te digan”.
Independentismo El episodio se transcribe también en la solapa del libro. Ante la indignación de Morel el entrevistado dignatario pretende escabullirse: “Bueno, así funcionan las cosas aquí”.
El dirigente independentista ha dado en el clavo. Una buena parte del proceso está funcionando con todo tipo de trampas y añagazas. La más conocida y rastacuera es esa de “España nos roba”. Morel pregunta aquí y allá como se entiende esa acusación cuando Cataluña es la región más próspera de España.
“Nunca he sentido que se escrutara tanto mi trabajo como en el asunto de la independencia de Cataluña… el conflicto catalán es un verdadero terreno minado… los corresponsales nos hemos sentido presionados e incluso los lectores nos han acusado de tergiversar la información; el único que no ha ejercido presión ha sido el Gobierno central, que nos ha ignorado”.
Morel cita al historiador Tomás Pérez Viejo. “Durante la Transición la principal preocupación fue el Estado y no la Nación, lo cual explica que la mayoría de los instrumentos de construcción de identidades se dejara en manos de los Gobiernos autonómicos”.
¿Cuál es el origen del auge independentista? Se ha señalado la decisión del Tribunal Constitucional de invalidar una parte del nuevo Estatut Catalán en 2010. En 2011 los indignados se aposentan en la Puerta del Sol y en Barcelona obligaron a Artur Mas y a los miembros de su gobierno a trasladarse en helicóptero al Parlamento. El año 2010 es el más agudo de la crisis económica, cuando se crea la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Morel entrevista a Artur Mas, quien reconoce que para muchas empresas catalanas su mercado natural es España (¿natural o prefabricado mediante la protección de los tejidos, los automóviles SEAT o los medicamentos para la Seguridad Social?), lo que no es un obstáculo para reclamar un pacto fiscal como el gran paso hacia delante para la creación de una Confederación.
Rajoy no acepta; Mas convoca elecciones anticipadas para recabar el mandato democrático y organizar un referéndum. Convergencia no gana esas elecciones mientras siguen salpicando los pagos del 3%. Hay que ocultar los fracasos, la corrupción y la negativa de Madrid. Es entonces cuando Mas proclama que ha llegado la hora de la Independencia.
En la lista de las grandes Diadas no hay rastro de la del 2011; ninguna conexión entre el auge del independentismo y la declaración del Tribunal Constitucional de junio 2010. Todavía no existía la ANC que contaría con el apoyo de Òmnium Cultural (asociación creada en 1961 para promocionar la lengua y la cultura catalana). En septiembre de 2012 su tiene ya lugar la primera gran Diada. Los partidos hacen política, Junts Pel Sí; la ANC y Òmnium Cultural se encargan del movilizar a las masas (¡El exitoso truco del Nacional Socialismo!). En 2013 la Diada forma una cadena humana de 400 kms hasta Alcanar dónde la falta de manifestantes se rellena con gentes de otras provincias.
Diada Los manifestantes preguntan a la periodista francesa sobre el proces y se desconciertan cuando se les responde: “no entiendo que se sientan oprimidos cuando veo que disfrutan de la vida en Cataluña, que han podido progresar laboralmente sin necesidad de marcharse de su tierra y que apenas tienen contacto con el Estado español”.
Año tras año se han sucedido las Diadas para protestar contra esos trescientos y pico años de opresión (1714-2017). Ha llegado el momento: el derecho a decidir y otros eufemismos, como el de que los auténticos demócratas sean los independentistas frente a los fascistas españoles.
George Orwell, “Homage to Catalonia” reflexiona: “Todos creen en las atrocidades del enemigo y rechazan las de su propio bando en virtud de sus propias convicciones”. El independentismo es un movimiento que reproduce, todavía a escala menor lo que está sucediendo en el Israel de Netanyahu, habrá por un lado judíos (independentistas) que dictarán las normas y por otro ciudadanos de segunda que las acatarán.
El próximo 17 de agosto el Estado español en la persona del Rey presidirá la conmemoración del atentado de La Rambla convocando a las autoridades catalanas y también a los embajadores y cónsules de aquellos países que también tuvieron víctimas.
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