En el Parlamento andaluz hemos dado luz verde esta semana a la modificación de la Ley de Igualdad de Andalucía, impulsada por el Gobierno socialista de Susana Díaz para avanzar en la igualdad mujeres y hombres. Esta aprobación, por cierto, se ha producido con el voto en contra de Podemos e Izquierda Unida, algo incomprensible en una ley de tanto calado social como ésta.
En los últimos diez años, desde la aprobación en 2007 de la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Andalucía, se habían puesto en marcha instrumentos muy eficaces para avanzar en la igualdad de género, pero había que seguir profundizando en ellos. Y así se ha hecho con esta nueva Ley, que incorpora medidas en muy diversos ámbitos.
En materia educativa, por ejemplo, se creará una comisión de expertos en coeducación para el seguimiento de los contenidos de los materiales curriculares que se utilicen en el sistema educativo andaluz. En las universidades, se promocionará el papel de las mujeres en la ciencia, la tecnología, la innovación y la investigación, con el fin de ayudar a superar los obstáculos que hoy todavía encuentran en estos campos del conocimiento.
En materia de empleo, la Ley contempla la redacción de un Plan especial para abordar la problemática de la desigualdad salarial; se formará al personal del Servicio Andaluz de Empleo para incorporar la perspectiva de género en el proceso de inserción laboral; y en los planes de actuación de la Inspección de Trabajo, se recogerá como objetivo prioritario la actuación contra la discriminación laboral.
La Ley contempla también crear ayudas específicas a mujeres para la creación de empresas y ayudas al autoempleo, incentivar a las empresas para que creen centros infantiles en el ámbito laboral, promover acciones de sensibilización para fomentar la participación de los hombres en materia de conciliación de la vida laboral y la familiar, formar en igualdad de género a los empleados públicos y un permiso para éstos, de cinco semanas, adicional al de paternidad.
Además, se revalorizará el complemento a las pensiones mínimas, en una cuantía igual o superior a la variación del IPC, una medida que beneficiará especialmente a las mujeres, que han sido las que, durante generaciones, se han visto obligadas a trabajar en casa, sin cotizar.
Estas son sólo algunas de las medidas que incluye la nueva Ley de Igualdad, una ley de la que los socialistas nos sentimos especialmente orgullosos y que estoy seguro de que será un instrumento eficaz en el necesario avance de la sociedad andaluza hacia la igualdad plena y real de hombres y mujeres.
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